CAPÍTULO X

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El jardín secreto era un restaurante cerca de la calle montera, Salvador Bachiller, una reconocida marca de carteras, había decidido crear este espacio como un lugar de encuentro para el arte y la gastronomía, le pareció curioso que Thomas eligiera un lugar así, pero ella no estaba para cuestionarle ese tipo de cosas.

Parqueó cerca del lugar y caminó con sus tacones hasta allí, el lugar contaba con 4 plantas, así que tuvo que recorrerlas casi que por completo hasta encontrarlo en la tercera, como para variar tenía un cigarrillo en su boca, ella arqueó ambas cejas mirando el cigarrillo y él entendió que debía apagarlo, en general nunca le gustaba su cáncer, pero menos cuando estaba embarazada.

Se sentó a su lado abriendo el abrigo, pero sin llegar a quitárselo, a pesar que el lugar contaba con calefacción ella se sentía helada, lo miró y se mojó los labios.

-No sé qué tantas cochinadas tienes a cuestas y desde luego no voy a pedirte cuenta por ellas, pero el sociópata le envió las pruebas incriminatorias a François y le pidió delatarte. -Thomas llevó una mano a su barbilla y la miró pensativo.

-¿Él mismo te lo dijo?

-No, un duendecillo, no sé por qué la gente me anda haciendo preguntas estúpidas hoy.

-Es que es estúpido que LeBlanc exponga sus cartas si con un movimiento lo puedo sacar del camino -tomó la copa de licor.

-Evidentemente no vas a hacer tal cosa porque me lo prometiste hace años y aún aplica.

-Lo sé y pienso cumplirlo.

-Además sabes que el sociópata no deja alternativas, así que él lo hizo porque no le dejó opciones, finalmente si hubiese querido denunciarte lo habría hecho por lo de Jacob o por Camile, en fin... Hoy me llamó para que te alertará porque asumo que mañana andarás en la lista de buscados. -Thomas sacó una USB.

-Ok, te dejo esto es lo que pude encontrar sobre la casa, hace mucho un asesino fue denominado como el Artesano, puedes mirar si tiene alguna relación, yo debo desaparecer además... -Sacó unas fotografías -debo decirte algo importante

Ella miró las fotos, eran de la insípida Keller que volvía de entre los muertos a joderle su vida, no entendía por qué su vida y la de esa mujer siempre terminaba colisionando, suponía que era el karma queriendo mostrarle que nunca debió quitarle el prospecto de novio.

-Ah sí,- alzó la mirada y lo miró- lo había olvidado, tú mustia anda viva como tanto dijiste, lamento no haberte hecho mucho caso, pero de verdad me apetecía que fuera comida de gusanos, así que supongo- se encogió de hombros- que quise creer lo que más me gustaba.

»Lo supe hace dos días, le envió un mensaje a François pidiéndole que se vieran y con eso de la pista que hallaste en la casa de muñecas olvidé decírtelo.

-Pero eso no es todo -saco una foto más- él inició mi propio juego así que ella será mi objetivo y quería advertirte que él también está vivo-Le señaló la última foto, Rebecca la miró y se encontró con un William de más edad y eso la hizo reír.

-Pero mira qué nos traen los dioses, no todo es malo después de todo.

-Lamento no decirlo antes quería hacerlo cuando pudiera cazarlos y fueron realmente esquivos.

-Ah ¿es que lo sabías?

-Si.

-Mal, muy mal Thomas, si me hubieras dado este regalo antes me habrías tenido bastante entretenida ayudándote en tu cacería, pero si no ves que este maldito anda libre después de todo lo que hizo.

-La venganza es un plato que se sirve frío.

-Sí, pero esto no es sólo tuyo, yo también deseo que William pague, o sea él anda bien tranquilo después de todo lo que hizo, él sabía de mi secuestro y les vio la cara a Matthew y a François.

EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora