CAPÍTULO LXXIX

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Por días al menos no había tenido que pensar en Bashar, porque después de mostrarle su enojo había estado particularmente sumiso y no había vuelto a insistir con nada, asegurándole que la dejaría hacer las cosas a su tiempo, pero que no tenía por qué enojarse, dicho eso, si bien aparecía y llamaba, no la estaba presionando con nada y ella había podido organizar la fiesta de Abby.

Habían optado por hacerla en un acuario en Lausanna llamado Aquatis, era inmenso y para François excéntrico LeBlanc, era mejor que "su gorda" tuviera animales reales, aunque no había rentado el acuario por completo porque ella lo había llamado al orden, dado que una fiesta infantil no necesitaba de 1500 metros cuadrados, con una de las salas bastaba.

La niña si estaba fascinada, a ella eso del pastel, las fotos y el espectáculo que habían contratado no la molaba, ella estaba fascinada pegada de los vidrios del acuario, señalando los miles de peces que habían, a Abigail le encantaban los animales, no sólo los peces, si por ella fuera tendría a su disposición un zoológico entero y si de François se tratara también lo tendría, él no sabía negarle nada a sus hijos y menos a Abigail que era su favorita.

Ahora mismo él andaba cargando a su gorda mirándola con embeleso porque la niña sabía cómo conseguir cualquier cosa de él, Rebecca estaba con Edna que curioseaba en sus aventuras, porque le generaban mucho morbo, de hecho su amiga miraba a Bashar y a Pauline e indagaba en los últimos acontecimientos, ahora Edna era una doble espía que averiguaba cosas de ese matrimonio para suministrarle a ella información, no se lo había pedido, pero no era despreciable lo que le contaba, aunque no exactamente por las razones que Edna suponía.

Para su amiga era como ayudarle de celestina y alcahueta, Rebecca en cambio usaba esa información para conocer más acerca de las máscaras de Bashar y la forma cómo las empleaba, tenía a Pauline convencida de que luchaba por su matrimonio con ella e incluso hacían algo que Rebecca desconocía y era terapia de pareja, Pauline no le dio los detalles a Edna, evidentemente primero muerta a reconocer que su marido le era infiel, pero con esa pequeña información que le soltó a Edna bastaba para Rebecca calibrar los movimientos de Bashar.

Si quería seguir jugando a su casita con Pauline, a pesar de las muchas veces que le había dicho a ella que lo dejaría todo por ella y que ansiaba que ella hiciera lo mismo, seguramente si estaba haciendo eso era porque seguía planeando cosas para lastimar a François, no le cabía duda de eso, por lo que definitiva tenerlo en sus manos era la mejor de las decisiones, así tenía al menos un control parcial de él.

-¿No te molesta que lo esté intentando con Pauline? Creí verlo algo enamorado cuando te fue a buscar a Madrid, no sé incluso pensé que quizás te planteabas la idea de dejar al bombón francés.-Rebecca soltó una sonora carcajada al oír los desvaríos de Edna.

-¿Yo dejar a François? ¿Qué consumiste Nana?

-Bueno si, en el viaje si te vi mirando mucho a François.

-Obviamente, François es mi amor, el amor de mi vida entera, de hecho queremos otro bebé.

-¿En serio Becca?-Rebecca asintió.

-He estado investigando y no es tan imposible, pero si hay riesgos.

-¿Muchos?

-Sí, la verdad sí, de hecho lo iba a dejar para después de resolver unos temas, pero tengo la cita para la próxima semana con mi ginecobstetra porque no es conveniente esperar que mi reloj biológico siga avanzando.

-Pues coño como que te gusta amargarte la vida, ya tus niñitos crecen, deberías disfrutar como lo vienes haciendo con ese par de vicios.

-El embarazo no sería inmediato, sólo ir tomando vitaminas y ácido fólico, haciéndome estudios, cosas de ese tipo.

EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora