No sabía cómo había terminado ahí sentada, cuando esas invitaciones siempre eran algo que repelía, suponía que había tenido que ver con el hecho de que François pucheroso le había dicho que estaba algo inquieto por Pauline, era difícil querer tanto a un hombre cuyos afectos no eran mucho de tu agrado, pero primero se congelaría el infierno antes de que ella y Pauline se llevaran bien, ninguna de las dos ponía mucho de su parte, aunque reconocía que hubo un tiempo en que Pauline lo intentó, pero Rebecca, Rebecca era otro cuento.
Oírla hablar le resultaba vomitivo, aunque en ese momento lo hiciera de un tema neutral que no hería susceptibilidades, porque como para variar no la estaba atacando, suponía que tenía que ver que aparte de François y ella había otros invitados y al menos tenía la decencia de disimular el mal rollo entre ambas.
François le contestaba a su insufrible amiga y con disimulo olisqueaba la comida, en serio esperaba que no le hiciera pasar una nueva vergüenza, porque no estaba para eso, de hecho permanecía bastante callada, nada de lo que se hablaba en esa mesa era de su interés.
-¿Miras como tu esposo hace de cerdo de trufas? -La voz burlesca de Ludovic se escuchó a su lado, Rebecca lo miró y se le sonrió.
-No lo mires, que es peor.-Le contestó ella en voz baja.
-Pero si es divertidísimo. -Le dijo haciendo una cara tonta -Claro cuando no es a uno que le hace pasar la vergüenza.
-Pues a mí me hace pasar la vergüenza- planteó nuevamente en un susurro- así que deja de mirarlo y de cuchillearme al respecto.
-Por qué tanto amargo, querida Rebe, ellos andan muy entretenidos en su estúpida conversación.
-¿Qué conversación de Pauline no es estúpida?
-Bueno, la mayoría he de confesar, el drama por el Chanel sucio. Aunque el que no se entretiene mucho es el marido de ella que no deja de lanzarte miradas.
-Así se crean los malos entendidos Ludovic.
-Pero si incluso me lanzó una mirada asesina, sabes que no soy un bocazas, bueno en ciertas cosas, pero me parece muy pasado con su esposa al lado, sé que no es bonita, pero bueno.
-Si Pauline te escucha, hasta te cree y me la gano.
-Ok, no diré más, pero aún me sorprende que Pauline cómo es, haya accedido a casarse con él.
-A mí no, si tiene rasgos de Matt y ella nunca lo superó.
-Pero es tan quisquillosa con eso del estatus y ese hombre tiene dinero, pero todos sabemos que cualquiera que visite el Rose en París no lo tiene, es un bar, pero en el fondo es obvio que es un burdel sado nivel alto.
-¿Sí?- Le preguntó curiosa y lo miró- ¿Le gusta ese tipo de sexo?-Habló bajo para que sólo Ludovic la oyera.
-Sí, fue una casualidad que yo estuviera ahí, me invitaron y me pudo más el morbo de observar, es un nivel avanzando en sado, aunque yo sospecho que en el fondo es más masoquista. Pregunté y decían que le gustaban mucho castigar pelinegras, sin embargo ahora varía y son las castañas las que abundan.
Rebecca le sonrió a Ludovic, sin decirle ningún tipo de comentario, los engranajes en su cabeza seguían trabajando a millón, no sabía si trataba de hacer encajar las fichas a como diera lugar, ya le había ocurrido con Matthew, todo había calado perfecto, sólo porque Simón así lo quiso, podía ser que supiera de esos particulares gustos del señor Hasbún y se aprovechara de eso para volverla a despistar.
»Fran supo algo que él hizo horrible, sólo que jamás quiso hablar al respecto, el muy digno dice que no es chismoso, ese día le dije que si era un cerdo y bueno se enojó más y fin de la anécdota. -Siguió Ludovic hablando divertido.
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EL QUINTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro4
RandomEste es el cuarto libro de una saga, el primero se llama "El Sexto Mandamiento", el segundo "El octavo Mandamiento y el tercero "El Décimo Mandamiento". Rebecca piensa que todo ha acabado, por fin consiguió su final feliz, pero puede que muy dentro...