'012.

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La lengua de Taehyung acaricia la mía y sus manos se aferran con fuerza a mis mejillas, a mi mandíbula que casi duele por todo el tiempo que hemos estado besándonos. Mi espalda ha dejado de sentirse helada, acostumbrada al frío de los azulejos del baño del despacho de Jeff. A pesar de que la luz está apagada y no hacemos más ruido que el breve chasquido de nuestras húmedas bocas chocando entre sí, sé que debemos salir de ahí pronto o alguien nos descubrirá.

Tal como yo, Taehyung debería estar trabajando. Por ello, cuando le he visto llegar con los labios temblorosos al billar no he podido evitar sentirme confundida. Sin siquiera permitirme preguntar si está bien me pide que vayamos al despacho y nada más pisarlo sus manos me empujan con suavidad al interior del baño, poseyendo mis labios de aquella forma tan feroz y necesitada.

No es la primera vez que lo hace. De hecho me atrevo a decir que nuestros besos han evolucionado para nunca volver a lo que eran antes. Me extraña pero no me molesta así que se lo permito, porque repetidas veces a cansados susurros me lo pide y dice que necesita besarme. Mi corazón siempre brinca, se hace pequeñito y grande en una fracción de segundo y mis pensamientos me abandonan para subirse a una nube que es dirigida por sus graves respiraciones y el compás de sus manos acariciándome las mejillas, el cuello y los brazos.

A veces me aprieta contra su cuerpo, otras simplemente me toma como si fuera algo delicado y quebradizo. Y aún si no lo entiendo, accedo porque se trata de él.

—Tae —murmuro entre el crujido acuoso de nuestros labios, viéndome incapaz de separarme pues mi cuerpo está aprisionado entre la pared y su pecho—. T-Tae...

—Sólo un poco más, Sunie —me pide. Sabe de antemano lo que voy a decirle, así que se aferra con más fuerza a mí—. Por favor.

—Pero... —jadeo y pongo una mano sobre su pecho, haciendo puño sobre la sudadera oscura que usa esa noche—. Jeff...

Entonces la intensidad del beso disminuye. Ahora sólo juega con mi labio inferior con los suyos, deposita besos pequeños sin dejar de mirarlo y exhala contra él, causándome cosquillas y escalofríos. Aún en la oscuridad reconozco sus orbes profundos y, contra toda lucha de mi nula voluntad, termino perdida en ellos. Mis dedos temblorosos suavizan el agarre contra la tela de su ropa y tras una exhalación —de la cual no logro reconocer el sentimiento— se separa de mí, pasándose una mano por el cabello.

Sus mechones castaños se hacen hacia atrás y vuelven a su posición original; ahora tengo una vista más certera de sus bonitas cejas. Tiene el ceño fruncido. No sé si está molesto con él o conmigo, pero no me doy tiempo suficiente de descubrirlo pues al pasar dos segundos me observa con las comisuras de sus labios ligeramente hacia abajo.

—Lo siento.

Sin permitirme contestar me toma de la mano y con nuestros dedos enlazados camina por el angosto baño hasta dar con la manija de la puerta. La abre muy lento, observando alrededor. Afortunadamente Jeff no ha vuelto de hacer sus mandados y los dos chicos que trabajan en la cocina probablemente están fumando un cigarrillo en la parte trasera del billar, pues no se ve nadie trabajando desde donde estamos.

Salimos del baño a velocidad, dando zancadas largas pero silenciosas como si temiésemos ser escuchados por un gran monstruo de tres cabezas dormido en la cocina. Pasamos de largo por el vapor y el aceite caliente hasta que llegamos a la barra, donde parece que todo funciona con normalidad. Nadie nos observa, quiero creer, y por primera vez me alegra ser pequeña e invisible. Taehyung se coloca frente a mí y aprieta mis dedos contra los suyos mientras se muerde el labio inferior con fuerza. Exhala. Yo paso una mano por su flequillo, arreglándole los mechones que han decidido continuar en rebelión e impido que las puntas le molesten a los ojos.

brats » bts; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora