brats » bts; kth

'029.

Hace mucho frío.

Mi cuerpo se encoge en respuesta al inhóspito clima, enroscándome un tanto más en mi lugar. El brazo rodeando mi cintura se ciñe otro poco mientras que la mano que toma la mía se aprieta con ligereza al percibir cómo me remuevo entre las tantas chaquetas que evitan que el frío se cuele sobre mi menudo cuerpo.

Aún si intento volver a dormir, no puedo. Por tanto abro los ojos con lentitud, topándome de frente con el rostro de Yoongi en reposo. Sus dedos enlazados con los míos se sienten cálidos, suaves, cómodos; me hacen olvidar que fuera de aquel pequeño refugio la temperatura es lo suficientemente baja como para ponerme a tiritar.

Le observo en silencio, conteniendo la respiración por un momento al detener la vista sobre sus delgados labios. Aún soy incapaz de olvidar el suave roce de su boca contra la mía; su lengua, sus respiraciones profundas, sus susurros y su tacto haciéndome temblar, evocando la sensación de ser lo único importante en el mundo cuando en realidad, al inicio de todo aquello, era el último sentimiento que traspasaba mis venas.

Después del beso Yoongi no ha dicho mucho. Supongo que no ha sido necesario porque una vez nos sentamos sobre el nido de chaquetas sólo se dedicó a abrazarme, primero hundiendo su nariz en mi cuello y luego cambiando de posición para atraer mi rostro a su pecho. Puedo jurar que jamás le he sentido tan real, tan presente, tan al descubierto. Por un momento me ha dado la sensación de estar tratando con el alma de Yoongi más que con su cuerpo, con ese mar de pensamientos e inseguridades que forman parte de él pero que jamás se atreve a mostrar; mucho menos a explicar.

No me aventuré a preguntarle nada. Le di su espacio y él me dio el mío. Al final nos acompañamos en silencio hasta recostarnos frente a frente. Yoongi me observó durante un buen rato y se dedicó a acariciar mis heridas con la suave punta de sus dedos, arrullándome sin saberlo hasta hacerme quedar profundamente dormida.

Ahora, de esta forma frente a él, la extraña sensación en el estómago y el pecho no es desagradable. Creo que ahora todo está bien.

Me paso la lengua por los labios, mordiéndome el inferior a la par que remuevo mis dedos ligeramente contra los suyos. No sé cuándo entrelazamos nuestras manos de esta forma. Tampoco tengo idea de cuándo Taehyung se dispuso a abrazarme desde atrás, sin embargo tengo el borroso recuerdo de haberle sentido besar mi mejilla y mi cabello mientras Yoongi me acariciaba la cara entre la oscuridad de la madrugada.

Mi cuerpo repentinamente brinca cuando le percibo respirar sobre mi oído, apretádome contra él con suavidad. Hago ademán de darme media vuelta pero Tae me retiene y niega despacio, recargando sus labios fríos en el espacio entre mi hombro y mi cuello para depositar un pequeño beso ahí. Le escucho reír muy ligero y de manera nasal mientras sube a dejar un camino corto de besos sobre mi cuello pálido, casi ronroneando de gusto.

—Sunie —canturrea mi nombre de manera ronca, baja. Yo sólo puedo hacerme pequeñita ante el roce de su respiración contra mi piel.

Deja un último beso sobre mi cuello antes de hacerme mirarle. Suelto la mano de Yoongi y me dejo guiar por Tae y sus dedos que se aferran a mis hombros pegados al suelo. Une nuestras frentes mientras se pasa la lengua por los labios, mirándome a los ojos. A pesar de que tiene los párpados hinchados —clara señal de que no lleva mucho despierto— se le ve bastante lúcido, feliz; tranquilo.

—Está bien —asevera en un susurro mientras deposita besos cortos sobre mis labios y mis mejillas, provocándome un agradable cosquilleo que me hace sonreír—. Está bien, Sunie.

Jadeo entre una pequeña risa luego de que presione sus labios contra mi frente de manera juguetona y sonora, aunque en cuanto escucho aquellos "está bien" me detengo sin entender a lo que se refiere.