'014.

6.6K 662 313
                                    


La oscuridad me abraza. Todo está hueco, vacío. Me siento flotando entre la alienada negrura que no tiene pizca de sentido, pues es como si todo a mi alrededor hubiese desaparecido, como si de pronto estuviese flotando en el centro del universo. Escucho agua; lejos, cerca. Como gotas pequeñitas que caen a un charco profundo. Doy un paso hacia adelante y siento la humedad bajo mis pies; aún si no hay nada de luz alcanzo a percibir mi reflejo en el suelo.

Inhalo y exhalo con suavidad y es como si lo hiciera sobre mis propios oídos, pues lo escucho sumamente cerca, con mucho eco. Levanto la mirada hacia un horizonte inexistente y, muy, muy a lo lejos, alcanzo a percibir algo que se quema. Pero está tan lejos que no entiendo por qué siento el reflejo anaranjado en la cara y las llamas fundiéndose en el reflejo de mis pupilas.

Mi cuerpo se mueve solo. Cuando menos me doy cuenta estoy corriendo hacia aquella flama abrasadora. Los jadeos que emanan de mis labios se vuelven a estacionar en mis oídos y mientras más avanzo más evidente es el sonido de mis pies chocando contra charcos y charcos de unos cinco centímetros de profundidad. Quiero moverme más rápido pero parece que voy a cámara lenta. Aunque siento que me ahogo a la vez me llena una sensación de completo regocijo.

Ni siquiera voy a la mitad de camino cuando un destello rojo y otro amarillo brillante —muy, muy brillante— me pega de lleno en la cara.

Rojo.

Abro los ojos con un parpadeo que no es agresivo ni dolorosamente lento. Parece que mi consciencia lleva mucho tiempo despierta pero mi cuerpo apenas empieza a recibir las señales que envía mi cabeza para hacerle moverse. Un pequeño jadeo se me escapa de los labios, aunque siento que es para asegurarme que respiro correctamente más que por recuperar todo el aire que me ha faltado en aquel extraño sueño.

La luz no me pega de frente, sin embargo alcanzo a percibir que está a pocos minutos de hacerlo. A la velocidad que avanzan los rayos del sol supongo que deben ser las once o doce del mediodía.

Recostada boca abajo aún acaricio las sábanas rugosas con las yemas de mis dedos. Taehyung no está a mi lado. Alcanzo a escuchar el sonido de la regadera de la maltrecha habitación que nos hemos permitido rentar aquella noche para dormir aunque sea unas pocas horas. Luego de la pelea con Yoongi sé que el cuerpo de Tae necesita descansar, así que le pido que vayamos al primer lugar que se nos cruce enfrente. Es un motel extraño, de habitaciones pequeñas y con un estilo clásico que quiere imitar a las rebuscadas habitaciones en las que alguna vez residieron los nobles en occidente.

Aún si no es exageradamente barato en comparación a otros lugares donde hemos estado, no es nada que no podamos pagar. Además, gastar unos won de más no me importa mientras Taehyung esté bien.

Percibo un pequeño sonido por encima del agua que corre y se estampa contra el suelo del baño. Está claro que proviene de Tae, pero es tan suave, tan grave, que capta mi atención y me hace desviar la mirada hasta la puerta aún sin moverme de mi lugar. Me quedo observando el pórtico de imitación de madera como si aguardara a que algo saliese de ahí para saciar mi atención con una sorpresa.

Lo que se escabulle hacia la habitación no se trata de nada visible, sin embargo. Nuevamente se hace presente en formato de sonido y esta vez se trata de un jadeo grave, profundo. Un gruñido gutural. Le sigue otro y el que continúa después es un poco más bajo que los anteriores. Un pequeño gemido. Me relamo los labios entreabiertos, pues no necesito indagar mucho para saber lo que probablemente está pasando ahí adentro. Me siento incómoda, no obstante me invito a pensar que es algo normal; una necesidad natural y nada tiene de malo que Tae busque saciarla.

Los graves jadeos de Taehyung continúan pero se acallan al pasar los segundos y luego de lo que reconozco como un suspiro largo, vuelvo a escuchar sólo el agua corriendo como si nada hubiese sucedido. Trago saliva con dificultad y desvío mi mirada de la puerta, clavándola en algún punto muerto de la pared pintada de un denso color borgoña. Quizá estoy dándome cuenta de la reciente necesidad de Taehyung porque paso bastante más tiempo con él que antes, porque vivimos el día a día juntos y se vuelve inevitable enterarme de estas situaciones aún si se esfuerza por ser discreto con el tema.

brats » bts; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora