'022.

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( ! ): capítulo muy largo.  

Aún si todavía no llegamos a nuestro destino el aire está cargado de humedad, viento y olor a sal. La cabeza de Taehyung reposa sobre mi hombro izquierdo mientras la mía hace casi lo mismo sobre el costado de Yoongi. Las nubes se han disipado conforme avanzamos hacia el sur y a juzgar por la manera en la que el sol pega en nuestros rostros (ni muy fuerte ni demasiado difuso) supongo que el reloj debe rondar las once de la mañana.

La canción en mi oído derecho cambia de pronto en los auriculares blancos que Yoongi me ha dado para compartir con él. A estas alturas he aprendido que su género favorito es el rap pues es casi todo lo que tiene en su repertorio; el mundo del hip hop parece ser lo suyo. De vez en cuando el aleatorio se encuentra con una que otra canción de índole más relajado (y me atrevería a decir: sentimental) pero sus dedos son más rápidos para no permitir que suene por más de cinco segundos.

Esta vez a pesar de que está dispuesto a cambiar la melodía le sostengo de un brazo para impedirlo. El inicio, aún si es simple, suena extrañamente atrapante. Yoongi me mira confundido cuando niego con la cabeza pidiéndole mudamente que no la salte y permite que el sonido de la guitarra se desenvuelva acompañando las copas de los árboles danzando ante la suave brisa de Busan.

Las sencillas notas de la canción me transmiten paz. Sonrío y casi de forma inconsciente busco la mano de Taehyung para enredarla con la mía, como si quisiera capturar la sensación que el momento y la música me regalan. Otra vez creo que somos un cuadro pintado pero ahora el autor no es sólo la melancolía; en esta ocasión creo que se le ha unido la frescura y, en cierta medida, el afecto. Esta confianza que me envuelve al estar entre Taehyung y Yoongi que me asegura que, no importa qué tan terrible pueda ponerse el panorama, voy a estar bien. Que no importa si duermo en un autobús hacia un lugar completamente desconocido, puedo sentirme tranquila porque no va a sucederme nada.

Porque con ellos voy a estar bien.

Entrecierro los ojos mientras acaricio la mano de Taehyung con mi pulgar. Suspiro con la mejilla recostada contra el hombro de Yoongi; mi acción parece llamar su atención porque voltea a verme desde arriba con una ceja ligeramente alzada. Sonrío un poco más a la par que encojo los hombros, perdiendo la mirada en el horizonte por el que empiezan a aparecer edificios muy a lo lejos. No nos falta mucho para llegar.

—¿Qué? —Yoongi casi susurra. Su voz es muy ronca a pesar de que lleva bastante tiempo despierto.

—Gracias —sincero. Él parece sorprenderse, pero lo esconde muy bien tras su ceño fruncido—. Y me gusta lo que escuchas.

—¿Por qué me agradeces? —ignora por completo el cumplido sobre sus gustos musicales, supongo que no le resulta cómodo. Me muerdo el labio inferior con una pequeña sonrisa pasándolo por alto y levanto un poco la barbilla para verle a los ojos directamente.

—Por lo que haces por nosotros —pauso. Yoongi está expectante—. Es la primera vez que salimos de Daegu, ¿sabes?

—Lo supuse —contesta seco pero no puede evitar sonreír de medio lado—. Busan no es la gran mierda, pero es más factible que encontremos algo que hacer aquí.

Nos quedamos callados. Mis manos continúan dando cariño a los dedos de Taehyung que en medio de la inconsciencia y su sueño se entrelazan con los míos. Un rayo de sol se cuela por un pequeño agujero entre las nubes blancuzcas y su reflejo amarillento me golpea la cara haciéndome cerrar un poco los ojos.

Aún si puedo esconderme en el pecho de Yoongi, no lo hago. También puedo hacer una visera con mis dedos para evitar que me dé de frente pero me abstengo. Le resto importancia al plano físico cuando encuentro que en mi mente circula un pensamiento constante, una sensación olvidada y llevada por el viento como un pequeño cúmulo de arena siendo desintegrado en miles de partículas.

brats » bts; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora