'023.

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( ! ): Violencia.  

Mis ojos se abren entre la luminosidad que baña la habitación de paredes de corroído tapiz color beige. Las cortinas se mecen con disimulo ante el frío de enero y la brisa que se cuela por el pedazo de vidrio roto en la desgastada ventana hace que mi cuerpo llegue al punto de calidez perfecta al dejarme cubrir únicamente por el edredón para dormir.

Me remuevo con suavidad bajo la ropa de cama, haciéndome un pequeño ovillo entre los brazos de Taehyung que continúan rodeándome tal como cuando nos quedamos dormidos varias horas atrás. Me giro sobre mi propio eje para mirarle de frente y paso la lengua por mis labios al detallar su rostro apacible, completamente sumido en el profundo sueño que se adueñó de él en cuanto su cabeza tocó la almohada.

Anoche, como cada día del mes vigente, hemos salido con Yoongi. Esta es nuestra última semana juntos pues en tres días exactos estaremos en Jung. Hemos contactado con el dueño de los apartamentos cerca del río y nos ha dicho que podemos ir sin problema siempre y cuando demos la primera renta más el depósito de seguridad. Taehyung ya tiene ubicados algunos lugares donde puede solicitar trabajo y yo he pensado en un plan de escape en caso de que tengamos que enfrentarnos a la policía o a algún vecino demasiado curioso.

En pocas palabras: estamos preparados. Sólo nos falta dar un sólo paso para hacer todo realidad e, irónicamente, se siente tan irreal que asusta.

Yoongi ha dicho que puede ir a visitarnos de vez en cuando. Le he hecho prometer que, por lo menos, vamos a verle un par de veces al mes. Él ha aceptado a regañadientes aunque tengo la esperanza de que en el fondo va a extrañarnos e irá a vernos más seguido. Ha prometido también que nos ayudará a llevar cosas el día en que nos mudemos, aunque en realidad Taehyung y yo no cargamos mucho más que una mochila medio vacía a nuestras espaldas, tal como cuando huimos de aquellas cárceles inmundas que alguna vez se hicieron llamar casa.

Eso debe cambiar, sin embargo.

Deposito un suave y casi inexistente beso en la punta de su nariz, disfrutando de su bonito perfil en reposo. De ahí resbalo mis labios hacia los suyos y dejo un corto camino de besos sobre el inferior, como si temiese despertarle cuando en realidad es mi total intención. Tae frunce el ceño muy delicadamente y arruga la nariz, negado a despertar. La noche anterior la hierba le ha colocado terriblemente así que no me extraña que quiera dormir más, pero si no nos apuramos no alcanzaremos a darnos un baño antes de tener que abandonar la habitación.

—Tae —susurro con la punta de mi nariz pegada a la suya. Suelta un sonidito ronco de inconformidad que me hace reír por lo bajo—. Taehyung...

—Sunbin... —tal como yo, alarga la última sílaba de mi nombre. Aún si su voz ronca me estremece sé que no es tiempo para distraerme con esos detalles. Es viernes y es el día más oportuno para volver según lo que acordamos a inicio de semana.

—Son las dos —intento convencerle pero él sigue con los ojos cerrados.

—Mh.

—De la tarde.

—Mmh.

—Tenemos que salir de aquí a las tres o nos cobrarán otro día.

—Mhm.

—Y tenemos que ir por nuestras cosas.

Para de respirar por un momento y entreabre uno de sus ojos hinchados para mirarme. Le sonrío, dejo un beso nuevo sobre sus labios y cuando quiero alejarme, él me sostiene por la espalda casi a la altura de la cintura, negado a dejarme ir. Mueve su boca contra la mía a movimientos más o menos torpes por el efecto del sueño, no obstante no deja pasar la oportunidad de convertir un inocente roce en un tembloroso beso húmedo.

brats » bts; kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora