Exactamente como predije, he pasado la noche dando vueltas en la cama sobre mí mismo. Finalmente, cuando ya son las siete de la mañana, concluyo que detrás del proyecto del Cristal del Regreso se esconden un dilema y una elección: Mayda o Sophia.
Por un lado, me muero de ganas de ver a Mayda otra vez, solo verla sería suficiente. La idea de poder confesarle todo lo que sentía por ella y todo lo que nunca pude decirle antes de que muriera me aterra y me emociona a la vez. Es un sentimiento que jamás había experimentado.
Por otro lado, Sophia es una chica increíble que se merece lo mejor. Ha sido muy amable conmigo y, sencillamente, se podría decir que la quiero, aunque no estoy completamente seguro. Nunca me había divertido con alguien tanto como con ella y no puedo describir cómo me siento cuando estoy en su compañía. Le debo muchas cosas porque es una persona que me entiende y me acepta tal y como soy.
He ahí el problema.
Después de dormir un par de horas (o al menos eso creo), escucho unos golpecillos en mi puerta. Acto seguido, sin abrir los ojos, escucho la voz de mi hermano.
—Buenos días —saluda acompañado de un largo bostezo.
Le respondo con un gruñido desganado.
—Creo que te está pasando algo, hermano. —Escucho sus pasos acercándose hacia la cama, donde estoy yo tumbado dándole la espalda.
—¿No has revisado mis recuerdos? —pregunto con la voz ronca y grave.
Se planta delante de mí.
—No, no me apetecía clavarme tus recuerdos de buena mañana —comenta con una mueca de desprecio fingido—. Oh —exclama cuando logra ver mi cara—, creo que has tenido una noche muy difícil. ¡Vaya ojeras!
Pongo los ojos en blanco y me incorporo en la cama. Kyle coge una silla y la pone en frente de mí. Su cara bromista ha ido adquiriendo preocupación.
—Me estás preocupando, Noah —dice seriamente—. ¿Qué ha pasado? Es por la cita que tuviste ayer con Shirin y Spencer por la noche, ¿verdad? —Asiento lentamente y su rostro se alarma. Es más, su voz también está casi temblando—. ¿Qué te van a hacer?
Me tomo unos segundos para estar listo. No sé ni siquiera como empezar.
—Puedo volver a verla, Kyle. —Al decirlo en voz alta me parece más irreal de lo que ya es—. Puedo volver...
Kyle parpadea y niega con la cabeza un par de veces, como si no comprendiera lo que estoy diciendo.
—¿Ver a quién, Noah? No lo entiendo.
—A Mayda, Kyle, ¿a quién va a ser?
Ahora parece que se ha perdido totalmente. Me mira como si me hubiera vuelto loco y hubiera dicho la mayor estupidez que jamás ha oído.
—Noah, lo siento, pero eso no creo que... —Se levanta y se pasa la mano por el flequillo oscuro que le cae por la frente. Después deja ir lentamente—: Mayda está muerta.
—Ya lo sé, Kyle pero deja que te lo explique todo —mascullo impacientemente.
Le cuento todo y él abre los ojos como platos mientras le relato absolutamente cada detalle que mencionó anoche Shirin. No me interrumpe en ningún momento. Parece que está esperando que en cualquier momento le suelte: «Es broma, te lo has tragado». Pero me temo que eso no va a ocurrir.
Finalmente, cuando termino de relatarle mi explicación, ambos nos quedamos callados. No sabemos qué decir y estamos esperando que el otro rompa el silencio tan tenso que se ha formado.
Y mi hermano es el primero en hacerlo, como de costumbre.
—Tienes que hacerlo. —Se vuelve a sentar en la silla—. Tienes que aceptar la propuesta, Noah.
—No lo sé, Kyle. —Niego con la cabeza—. Es que Sophia y yo estamos bien y... No lo veo muy claro, sinceramente, porque ¿quién me puede garantizar que todo vaya a salir bien?
—¿Qué es lo que no ves? —Se alza de un salto—. Llevas más de dos malditos años lamentándote y ahora que se te presenta una ocasión excepcional, ¿vas a dejarla escapar? —Alza las manos y hace un gesto de desaprobación—. Piensa, Noah, piensa, ¿a cuántas personas conoces que les hayan ofrecido revivir temporalmente a un ser querido? Porque yo, desde luego, a nadie. ¡Es un milagro de la ciencia único!
—Ya lo sé, pero es que... —intento articular.
—No, Noah, no hables —me interrumpe Kyle casi gritando—. ¡Solo te estás poniendo excusas por miedo! Si tanto decías que te gustaba Mayda, demuéstralo. Y encima podrías volver con tu familia humana y rehacer tu vida por un tiempo. ¿Qué más quieres?
—¡No se trata de eso, Kyle! —Pretendo mantener la calma y no perder los nervios—. No sé cuánto tiempo estaré allí; pueden ser días, semanas o meses. Como ya te he dicho, Shirin me explicó que duraría lo justo hasta que tuviera lo que quería para la investigación. Y no quiero hacerme ilusiones durante unos días y después volver a perderlo todo de la noche a la mañana.
»Pero lo que menos me importa es el tiempo ahora mismo. —Me cubro la cara con ambas manos—. Sí, Kyle, puede que tenga miedo, pero es que después de todo lo que ha pasado, de perder mi supuesta vida, de tener que adaptarme aquí, de conocer a Sophia, es muy impactante que ocurra esto, ¿entiendes? Como antes has dicho, no se suele resucitar a la gente y esto parece un milagro o un sueño. —Niego con la cabeza—. La verdad es que no estoy seguro.
Kyle suspira profundamente. Seguidamente, se acerca a la cama y me aprieta el hombro cariñosamente. Yo lo miro extrañado.
—Te voy a contar por qué soy así. —Vuelve a suspirar—. Bueno, mejor dicho, por qué soy así contigo.
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Flashbacks
General FictionNoah Cheryba, un adolescente residente en la ciudad de Seattle, despierta la madrugada del segundo aniversario de la muerte por suicido de la chica que le gustaba, Mayda Gimpel, a causa de un sueño relacionado con ella. Resulta que ese momento es el...