Ahora sí que lo miro con cara de verdadera sorpresa. Kyle nunca se había sincerado conmigo. De hecho, ni me contaba cosas de su vida personal. Ni siquiera hablaba sobre Ellie.
—Resulta —empieza— que cuando un humano nace, un Guardián, su hermano, también nace en la sede más cercana correspondiente. —Asiento dando a entender que ya estoy al corriente de ese hecho—. Pues, bien, como también sabrás, cuando un humano muere, un Guardián también muere y viceversa.
Se me cae el alma a los pies y me quedo boquiabierto.
—No tenía ni idea de eso, Kyle... —explico.
—¿En serio? —Se sorprende. Asiento lentamente—. ¿No lo has leído en ninguno de nuestros libros? ¿Nunca te habías planteado que si nacer se hacía al unísono, morir también? Porque tiene su lógica.
Niego con la cabeza un par de veces, pero todo me cuadra ahora: las muertes sin resolver, las desapariciones extrañas y ese tipo de cosas inexplicables pero relativamente minoritarias se daban a causa de los Guardianes que morían. Como el hermano humano de Zac Collins, me imagino, habrá muerto. O los hermanos humanos de gente como la hermana biológica-adoptiva de Sophia, muertos a manos de los Omisos. O John el guardia del control de seguridad. Todas esas víctimas tenían repercusión en los humanos.
—Y los Omisos, ¿cómo se lo montan para salir ilesos si matan a sus hermanos humanos de los cuales no quieren gestionar sus recuerdos?
—¿Te acuerdas que cuando llegaste a la sede te dije que el brazalete del copo de nieve me vincula a ti y a tus recuerdos? —pregunta. Asiento—. ¿Y recuerdas que te dije que si me lo quitara me desvincularía, pero que no me lo podría quitar a menos que tuviera un producto muy especial que apenas se utilizaba y que solo poseían los científicos? —Hago un gesto afirmativo—. Pues han reclutado a científicos que les han proporcionado ese líquido que les permite desvincularse de sus hermanos humanos y vivir por sí solos. Cada vez hay más porque los Omisos les venden de una manera muy convincente que si llevan su objetivo a cabo, si conquistan la superficie algún día, serán recompensados con lo que ellos más ansían: investigar y experimentar en la superficie, obviamente.
Se vuelve a instalar un silencio tenso. Estoy esperando a que siga justificando su actitud conmigo.
—El caso —vuelve a hablar tras unos segundos— es que yo estaba enamorado de una Guardiana que murió por la muerte de su hermana humana. —Kyle palidece de repente y parece que le cuesta formular y encontrar las palabras adecuadas—. Estábamos muy bien juntos, era uno de mis motivos para levantarme cada mañana en esta maldita sede. Era una chica increíble que no se merecía lo que le pasó, porque con solo mirarla ya me sacaba una sonrisa. Era feliz. Éramos felices juntos, Noah. —Físicamente se encuentra a mi lado, pero sus ojos y su mente parecen estar en otro lugar muy lejano—. Hubo un ataque de los Omisos el día de su muerte, pero a ella no le afectó en absoluto. Su cabina no estaba en la sala de inserción que fue atacada.
—¿Qué le pasó a su hermana humana, entonces? —pregunto.
—Se suicidó en el Lago Washington, tirándose desde el puente Evergreen Point —suelta apresuradamente, como si quisiera desprenderse de las palabras. Me quedo boquiabierto y me cuesta respirar—. Era la Guardiana de Mayda —susurra con un hilo de voz.
Los ojos de Kyle tienen un brillo cristalino.
Ahora sí que no puedo hablar. Y él tampoco.
Desde que conozco a Kyle, ha sido cruel y poco comprensivo, a ratos, conmigo por la muerte de su difunta novia, muerte de la cual fue a causa de la difunta chica que me gustaba. Sí, tiene su sentido. En realidad, no. La verdad es que mi cabeza tiene que digerir todo esto.
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Flashbacks
General FictionNoah Cheryba, un adolescente residente en la ciudad de Seattle, despierta la madrugada del segundo aniversario de la muerte por suicido de la chica que le gustaba, Mayda Gimpel, a causa de un sueño relacionado con ella. Resulta que ese momento es el...