Capítulo 5

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# Calle

Después del edificio cada vez que pensaba en ello no podía evitar reírme de la chica, en María José, era muy linda con sus ojos verdosos y su pequeña estatura lo hacía más atractiva de lo que ya lo era, llegué a mi departamento cansada de tanto caminar y lo peor de todo era que tenía que empacar mi maleta, odiaba viajar temprano pero no me quedaba otro opción. No sé qué hora había terminado pero cuando terminé de empacar, me tumbe en la cama para dormir.

Escuché la estúpida alarma sonar una y otra vez indicándome que había terminado mi cosa favorita, dormir. Me levanté de la cama con mucha dificultad, no tenía mucho tiempo así que me metí al bañarme lo más rápido posible. Gracias que había puesto la alarma en la hora en donde lo único que podía hacer era bañarme no puede desayunar ni maquillarme, estaba segura que en éste momento era lo más parecido a un zombie.

Estaba agradecida con el conductor del Uber por su puntualidad, cuando llegué al aeropuerto los demás pasajero ya estaba abordando y una vez más me había salvado de perder un vuelo. Al sentarme en el asiento del avión no dudé en seguir con mi sueño, el vuelo había sido lo más rápido para mí ya que durante el vuelo me dediqué a dormir.

—¡Juliana! —grite mi hermana se sobresaltó al escucharme, comencé a reírme al ver su rostro.

—Dios ¿qué te pasa? pudiste haberme causado un infarto —se quejó mientras respiraba profundamente.

—Si vieras la cara que acabas de poner —mencioné mientras seguía riéndome de ella.

—No es gracioso pensé que... —se quedó callada y miro preocupada.

—En que pensaste —le pregunté a Juliana al ver lo seria que se puso, estaba esperando su respuesta está vez sin reírme.

—Nada sólo no lo vuelvas a hacerlo, odio las bromas —contestó después de unos segundo —ven dame un abrazo —rodeé los ojos mientras me acercaba a ella para abrazarla.

—Okay, te extrañe —confesé en medio del abrazo, escuché la risa de mi hermana.

—Igual yo, hay que irnos papá nos está esperando —sonreí asintiendo. —no sabes lo intenso que estaba en estos días, no vuelas a dejarme por mucho tiempo con él —me pidió Juliana y bien ¿conociste a alguien? —preguntó con una sonrisa traviesa.

—¿Qué? —cuestioné confundida al cambio repentino de nuestra conversación

—Qué si conociste a alguien, no sé tal vez un chico o una chica —volvió a preguntar mientras seguía mirándome con una sonrisa traviesa.

—Olvídalo, además eso que te importa —respondí mientras me subí al auto.

—Soy tú hermana y todo de lo que se trata de ti me importa —dijo mientras conducía. —por lo tanto necesito conocer a tus pretendientes, para saber si será bueno o buena para ti —puse los ojos en blanco ante su insistencia. —¿me vas a responder?.

—Conocí alguien —recordé a María José. —Pero no será nada de ti ni de mí.
—Eso ya lo veremos —mi hermana no dejaba de sonreír —¿cómo se llama?

Ignoré su pregunta recordando a la chica de cabello azul, en su rostro todo apenada después de lo sucedido. Sonreí al recodar.

—Calle te estoy hablando —dijo interrumpiendo mi pensamiento —Para no ser nada, te ves cómo una tonta.

—¿Qué? —pregunté sin entender mucho.

—¿En qué estabas pensando o en quién? —preguntó nuevamente alzando sus cejas, realmente era muy intensa Juliana con sus preguntas.

La Guardaespaldas [EDITANDO]Where stories live. Discover now