#CALLELa cena había transcurrido con normalidad, entre bromas y anécdotas de parte de Valentina y Juan Carlos, en cambió Poché la mayor parte de la cena pasó avergonzada, tratando de desviar el tema de atención que había recibido a cualquier otra cosa, con tal que dejaran de hablar de ella, pero Valentina había impedido que lo hiciera. Definitivamente fue de gran ayuda sus bromas, me ayudó a relajarme por completo el resto de la noche aunque fuera a expensas de la dignidad de mi novia.
Cuando regresamos a casa era un poco tarde, así que todo lo que quería hacer era acostarme y dormir. Jugueteo con el dobladillo de la camisa oversize que llevaba puesta, tratando de mantenerme despierta mientras espero a María José.
Me disperso de mis pensamientos cuanto siento que los brazos de Poché me envuelven por detrás y su cálido aliento choca contra mi cuello, tarareó contenta recibiéndola a gusto.
—Es bueno estar de nuevo en la misma habitación —susurra Poché. Me di la vuelta y la miré con una sonrisa.
—Lo es —rodeo su cuello con mis brazos y dejo un cortó beso sobre sus labios. —¿Dónde estabas? Te estaba esperando —pregunto con el ceño fruncido antes de robarle un beso. Ella sonríe levemente.
—Recuerda que sigo siendo tu guardaespaldas y tengo que seguir algunos protocolos. —explicó. Rodé los ojos. —solo me aseguro de que todo este bien. —ella se acerca lentamente a mí, dejando un beso en mi frente.
—No creo que debas preocuparte por eso. Eres muy buena en tu trabajo, me cuidas las 24 horas del día —murmuro alzando los hombros. Poché entrecierra los ojos y fingió disgusto.
—Cierto. Eso es explotación laboral —dice. Hago una mueca y luego la miro mal. Ella se ríe. —¿Cómo te pareció la cena? —Poché preguntó.
Rozo muy suavemente su nuca con mi yemas, fue satisfactorio hacerlo, me gustó lo suave que era el cabello de Poché en la nuca.
—Fue genial. Admiro mucho la unión que tienes con tu familia, tienes una familia hermosa —digo sinceramente.
Definitivamente estaba feliz por la familia que le había tocado a mi novia. Ellos deprendía un aura familiar que mi familia y yo nunca pudimos alcanzar. No estaba acostumbrada a tanto calor familiar. Juliana ni siquiera estaba en casa y mi padre siempre estaba ocupado con algo, por no hablar de mi madre, con quien ni siquiera compartíamos el mismo país.
—Sí, lo son —respondió con una gran sonrisa.
—Vale es una chica genial —comenté. —Es graciosa. —Poché resopló ante mi comentario.
—Eso lo dices porque no eres su objetivo —solté una risita antes de separarme de ella. —Yo creo que es insoportable.
Camino hacia la cama e inmediatamente me desplomo en ella. Poché se cambia en su pijama y apaga la luz principal antes de caminar hacia la cama y acostarse a mi lado, escondiéndose bajo la sábana. Inmediatamente ella se acercó más a mí buscando mi calor, y rápidamente envuelvo mi brazo alrededor de su cadera, acomodándonos fácilmente entre si.
—¿Los extrañas? —pregunto mientras coloco mi cabeza en su hombro.
—¿A quienes? —cuestionó Poché confundida.
—A tu familia. —aclaré.
—Lo hago. Los extraño cada día... extraño compartir con ellos —Poché hace una pausa por un momento antes de continuar. —Sabía a lo que estaba renunciando cuando decidí ser guardaespaldas, fui muy consiente que no podía compartir con mi familia como estaba acostumbrada hacerlo. Pero tenerlo claro no lo hace más fácil. Todo lo contrario, lo complica más. Cada vez que pienso que he perdido muchos momentos importante con mi familia, cuestiono la decisión que tomé... amo lo que hago, pero odio lo que conlleva. —explicó.
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La Guardaespaldas [EDITANDO]
RomanceDaniela tenía una vida normal como cualquier chica de su edad, hasta que los problemas comienza a llegar a su vida, cuando su padre recibe una amenaza de muerte y decide contratar a un guardaespaldas aunque su hija se niegue aceptar protección. Marí...