Capítulo 36

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# Poché

Desperté ya en una camilla con médicos a mi lado. Ellos corrían a lado de la cama rodante mientras murmuraban mis signos vitales, me dolía la cabeza como nunca me había dolido intentaba concentrarme en lo que decían los doctores con la intención de saber algo de Daniela pero me resultaba inútil el esfuerzo que hacía, las voces distorsionadas de los doctores eran imposibles de entender.

Con un poco de esfuerzo intento voltear la cabeza, pero el collarín que tenía puesto me lo impidió. Regreso mi mirada de nuevo a los doctores confundida y mareada cuando se detuvieron de repente dándole pasó a otro paciente, me aterré cuando pude ver a Calle. Había demasiada sangre en su ropa, veía como le ponían oxígeno a y la vez intentaba detener el sangrado. Me dolía el corazón, de la peor manera al verla en ese estado, intente levantarme para estar a su lado pero rápidamente el doctor me lo impidió. Le llevaron en una sala mientras que a mí me llevaron a otra. Sentí un pinchazo en mi brazo izquierdo después de unos minutos mis parpados empezaron a cerrarse, quedándome inconsciente de nuevo.

Mis ojos se abrieron lentamente, intenté despertarme por completo pero mis ojos no cedían a causa de la irritante luz de la habitación. Con mucho cuidado me levante sitiando dolor por todo el cuerpo y más al tener mi cuerpo conectada a unos aparatos, me senté en la cama esperando que el mareo parara. Me fije que tenía la mitad del brazo izquierdo vendada.

—Oh, no te levantes aún no estás en condiciones —volteé asustada, encontrando a una enfermera tomando nota —Me alegró de que hayas despertado.

—¿Cómo está Calle? —pregunté inmediatamente. La enfermera guardó silenció aumentando mi angustia.

—Tú amiga está... delicada —me dice la enfermera.

—¿Qué- qué pasa con ella? —dije tragando en saco. —¿En qué habitación esta? —pregunto ansiosa. Quitando bruscamente los cables que me tenía conectado al equipo de control médico. La enfermera detuvo mi acción aunque ya fue tarde.

—Señorita, aún no está en forma —mientras intentó soltarme de su agarré sentí un terrible dolor en todo el cuerpo pero sobre todo en la cabeza, haciendo que haga una mueca de dolor.

—Necesito verla... —digo sentándome de nuevo en la cama a causa del mareo, cerré los ojos inhalando hondo a ver si podía recuperarme de inmediato, no estaba para nada bien físicamente y mucho menos emocionalmente como para tener posibilidad de hacerlo.

—Lo siento, pero no es momento. Ella está en terapia intensiva y no podrá recibir visitas y usted debe mantener reposo —me informó la enfermera. Me angustia aumento cada segundo que hablaba.

—Solo será un momento por favor —dije suplicándole con la mirada.

—Aunque quisiera ayudarte, no puedo hacer eso. Y menos con pacientes que están en cuidado intensivos, lo siento en verdad —ella me miró apenada, guardé silencio sin saber qué hacer para poder ver a Calle. —Tú familia está aquí —habló de nuevo la enferma, dejándome sorprendida ¿cuánto tiempo pasó del accidente?

—¿Ellos puede pasar? —pregunto con una cierta emoción.

—Por supuesto —la enfermera salió y unos pocos minutos después entro Vale con papá.

—Poché, ¿cómo te encuentras? —me pregunto mi hermana mientras apresura sus pasos para llegar a mí, Vale me abraza con mucho cuidado.

Ella tenía los ojos llorosos y poco rojos, y mi padre tenía la cara decaída. Sé que están triste y preocupados por mí, no puedo evitar las ganas de llorar a verles en este estado. Mi padre toma mi mano y le da un leve apretón.

La Guardaespaldas [EDITANDO]Where stories live. Discover now