#Poché.
Había despertado muy temprano, para verme con el señor Germán, al llegar en la cafetería en donde me había citado comencé a buscar a Germán al verlo sentado me dirigí en donde estaba al notar mi presencia me saludo.
—¿Cómo estás María José? me alegra verte —mencionó con una sonrisa.
—Muy bien, a mí también me da gusto verte —respondí con una sonrisa. —Dime para qué soy buena —pregunté ansiosa por saber algo.
—Creo que ya lo sabes... —dijo cuándo fue interrumpido por el mesero, que nos preguntó que íbamos a pedir, al ordenar nuestro pedido Germán volvió a hablar. —Necesito que cuides de mi hija, que seas su guardaespaldas, tengo el presentimiento de que lo harás muy bien —dijo, el volvió con nuestro pedido.
—Gracias —le agradecí al joven mesero. —¿Cuál de tus hijas? —pregunté tomando mi café.
—A Daniela —dijo en ese momento trague rápidamente mi café comenzando a toser. —¿te encuentras bien? —preguntó Germán un poco preocupado.
—Sí, sólo estaba muy caliente —mentí estaba segura que mi cara estaba roja por los nervios que sentía.
—Okay, y bien aceptas ser la guardaespaldas de Calle —me preguntó Germán y pensé por unos segundo si iba ser lo correcto.
—Sí, pero tengo una pregunta —dije Germán asintió.
—Claro, lo que quieras —creo que estaba emocionado por mi respuesta.
—¿Por qué yo?, lo preguntó porque mi jefe me dijo que no sería la única guardaespaldas ¿por qué me eliges a mí para cuidar a Daniela? —no estaba segura el por qué estaba preguntando esto pero necesitaba saberlo, tal vez lo había pedido Daniela.
—¿Por qué te molesta? —cuestionó.
—¡No! solo es curiosidad —y era cierto.
—Bueno, respondiendo tú pregunta es porque creo que se van a llevar bien.
—Lo dudo mucho —dije en voz baja lo suficiente para que Germán no me escuchará.
—¿Dijiste algo? —preguntó.
—No nada, quiero aclarar algo señor Germán, yo no suelo involucrar mis sentimientos con mi trabajo, no sé si me explico —aunque sabía que iba ser difícil ya que me había interesado Daniela pero ahora tenía que cambiar eso.
—Tranquila, tampoco te estoy pidiendo que te cases con ella, sólo te pido que sea su amiga y ya —¿casarme con ella? « ni loca» pensé. —es la única forma de que sea su guardaespaldas.
—¿A qué te refieres con eso? —pregunté alzando mis cejas.
—Daniela no quiere tener un guardaespaldas —mencionó Germán, la esperanza de que ella hubiera pedido de que yo la cuidara se había esfumado.
—Lo siento señor Germán, pero con todo el respeto ¿cómo quieres que la cuida? —esto complica todo.
—Por eso necesito que seas su amiga y de que entres en la universidad con ella —me pidió
—¿Quieres que finge ser su amiga? —cuestioné sin entender.
—No prácticamente si lo son no tengo problema con eso, sólo quiero que la cuides por eso quiero que seas tú su guardaespaldas, ustedes se conocen ¿no?
—Conocernos, conocernos no —fui sincera. —Sólo la ayude nada más —le respondí, el señor Germán asintió.
—Qué me dices ¿lo aceptas?, o tengo que buscar a otro guardaespaldas.
YOU ARE READING
La Guardaespaldas [EDITANDO]
RomanceDaniela tenía una vida normal como cualquier chica de su edad, hasta que los problemas comienza a llegar a su vida, cuando su padre recibe una amenaza de muerte y decide contratar a un guardaespaldas aunque su hija se niegue aceptar protección. Marí...