Capítulo 35

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# Poché

Desesperada me puse de pie para estar a su lado al no recibir una respuesta. Viendo a Calle temblar con el celular en las manos, sentí un enorme escalofrío recorrer por todo mi cuerpo. Tomé el teléfono de su mano y lo dejé sobre la mesa sin dejar de mirar a Daniela que seguía paralizada. La miré a los ojos buscando alguna pista de aquella llamada que le había dejado en este estado.

—Calle... —murmuré acercándome, coloque una mano sobre su hombro intentado que reaccionara. —Dime ¿quién te llamó? —estaba asustada al verla en aquella condición. —Daniela...

—¡No lo sé! —coloqué mis manos sobre sus mejillas, acariciándola tratando de tranquilizarla.

—Respira, necesito saber lo que te dijo ¿de acuerdo? —le pedí lo más calmada que pude. —¿lo puedes hacer? —pregunté sin dejar de mirarla. Daniela asintió.

—Me dijo que me alejará de ella... —fruncí el ceño, mientras que Calle aún trataba controlar su respiración. —Sino terminaría muerta.

—¿Sabes a quién se refería? ¿de quién hablaba? —Daniela negó.

—Tampoco sé —respondió. —Tengo miedo... —la rodeé con mis brazos, abrazándola.

—Escúchame, no pienso dejar que nada malo te pase... —se recostó sobre mi pecho. —Jamás —acaricié su cabello con cuidado.

Después de que Daniela pudo calmarse conseguí sacarle un poco más de información. En la llamada, la voz había sido distorsionada por cual fue imposible reconocer la voz o saber al menos si se trataba de un hombre o una mujer. A penas cuando el señor Germán llegó a la casa le informamos lo que había pasado, ahora resultaba más fácil lidiar con todo esto sin ocultar algo a Daniela.

Ya era tarde y Calle había insistido en quedarse a cuidarme en esta noche aunque ya me sintiera mucho mejor. Tampoco me negué a su propuesta, quería tenerla más cerca que nunca después de aquella llamada, me acosté a su lado una vez que se quedó dormida, quería asegurarme de que estuviera totalmente tranquila. Daniela se removió escondiendo su cara en mi cuello, la rodee en mis brazos antes de quedarme dormida.

Me desperté muy temprano, me arrastre fuera de la cama con cuidado de no despertar a Daniela la observé unos segundos con una sonrisa al ver su hermoso rostro. Me metí al baño a darme una ducha, me miré al espejo y me di cuenta que ya no lucía tan miserable como ayer.

# Calle

—¿Poché? —susurré moviendo mi mano sobre la cama, buscando su cuerpo a mi lado pero no estaba. Abrí los ojos de repente buscándola por la habitación con la mirada, me levanté de la cama y amarré mi cabello después de hacerlo me dispuse a salir de la habitación en busca de Poché. —¿Qué haces fuera de la cama? —pregunté al verla sentada en uno de los taburetes de la cocina. —Ya no tienes fiebre... —dije después de tocar su frente.

—Nop, ya no —murmuró sonriendo. —Eres muy buena enfermera —comentó. Ana rio.

—Ana... —dije al percatarme que ella estaba presente en la cocina. —Lo siento, buenos días —dije acercándome a ella para darle un beso en la mejilla. —¿Ya tomó sus medicamentos? —le pregunté a Ana.

—Sí, ya lo hice —respondió Poché.

—¿Realmente lo hizo? —pregunté de vuelta, dudando de la respuesta de María José.

—Lo hice —volvió a hablar Poché esta vez poniendo los ojos en blanco.

—Lo hizo —confirmó Ana. —Como también terminó de desayunar —solté un suspiró de alivió.

La Guardaespaldas [EDITANDO]Where stories live. Discover now