Capítulo 51

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#CALLE

—¿Qué quieres de desayuno? —le pregunto a Poché cuando la veo entrar a la cocina con su cabello revuelto y bostezando.

La observo sentarse en el taburete al tiempo que comenzó a frotar sus ojos con la manga de su suéter, intentando despejar el sueño. Ayer, ambas habíamos pasado el resto de la tarde y gran parte de la madrugada viendo películas y disfrutando el uno del otro. A pesar de que no teníamos nada en concreto, ambas estuvimos de acuerdo en que ya habíamos perdido suficiente tiempo.

—Café y panqukeks... —arrastró con su voz somnolienta.

—¿Qué? —sofoco una carcajada e intento mirarla con seriedad. —Bien, intentaré hacer lo que sea que hayas dicho —digo negando con la cabeza con una sonrisa, recriminándome a mi misma por esperar una respuesta de su parte, cuando ella prácticamente seguía durmiendo en este momento.

Camino hacia el refrigerador y agarro los ingrediente que necesito al igual que preparo algunos utensilios. Giro a ver a Poché y noto como su cabello desordenado cae sobre su rostro casi cubriendo sus ojos, al mismo tiempo que apoyó ambos codos sobre la barra de la cocina, apoyando su mentón en sus manos. Sonreí sombríamente pensando en como lograba ser una mujer extremadamente sexy y un bebé al mismo tiempo. La miro embobada por unos segundos y comienzo a preparar todo con agilidad. Cuando finalmente lo tengo todo listo me acerco a ella.

—Ten —ofrezco el tazón, asustando discretamente a Poché  que estaba a punto de quedarse dormida de nuevo. Sus ojos se quedan clavados sobre la taza. Ella entrecierra los ojos y me mira, luego vuelve a mirar la taza y luego a mi, haciendo que ponga los ojos en blanco.

—Es café, ¿no? —no pude soportar el impulso de besarla, al ver su ceño ligeramente fruncido y sus labios formando un diminuto puchero. Luciendo dos veces más adorable con este simple gesto. Era imposible resistirse ante eso y mucho menos cuando su cabello estaba despeinada, luciéndole ver más sexy de lo normal.

Dejo la taza en la barra y doy la vuelta a través de la isla de la cocina para acercarme un poco más a María José, quién repetidamente se vio girando en su taburete por mi para quedar cara a cara encontrándome con aquellos ojos que tanto amaba. Sonriendo empiezo a bañarla de besos en la cara, provocando que soltara pequeña risas a la vez que trataba de alejarme, por el cosquilleo que le causaba mis besos.

Definitivamente estaba completamente enamorada de ella, especialmente el sonido de su risa.

—Me podrías despertar así todo los días —la escucho decir entre risas cuando poco a poco mis besos cesan.

—Sería un placer —susurro en su oído antes de separarme. —Aunque, tú también podrías despertarme así. No me quejaría para nada —digo, dándome la vuelta en busca de mi desayuno pero Poché tenía otros planes para mi. De un tirón me jaló hacia ella haciendo que mis piernas queden en medio de las suyas.

Me miró sin ocultar la sonrisa que jugaba en sus labios, al mismo tiempo que inclinó su cuerpo más cerca de mí y comenzó acariciar mi mejilla.

—Entonces, ¿puedo comenzar en darte un beso de verdad ahora? —sonreí una vez más por la forma dulce que Poché hablaba.

—Sí puedes —murmuré. María José sonrió aún más, sellando sus labios con los mío. Las cuales se deslizaron en perfecta sincronía, sin prisas.

Ambas conversamos animadamente durante el desayuno, variando de un tema a otro. Después del desayuno, Poché me ayudó a recoger la mesa, aunque le insistí que me encargaría de eso yo sola. A ella no le pareció justo que cocinara sola y que también terminara de limpiar los platos. Finalmente me rendí y acepté su ayuda, ella se quedó en silencio mientras lavaba los platos y me los entregaba para que los secara. Mientras mis pensamientos se trasladaron ante el torbellino de las últimas veinticuatro horas, necesitando aclarar mi mente. Había demasiado para que resolviéramos sobre nuestra relación. Hablar de ello, era una charla que había planeado tener con ella pero la cual estaba muy atrasada, y este parecía un buen momento para tenerlo.

La Guardaespaldas [EDITANDO]Where stories live. Discover now