Capítulo 55

16.5K 922 35
                                    

#CALLE
 

Después de la charla que tuve con Verónica, me senté en la sala de estar, garabateando garabatos en una hoja blanca. No había mucho que hacer aquí que fuera entretenido. Y necesitaba evitar que mi cerebro siguiera pensando demasiado, así que hacer garabatos era mi única salida. 

Mi celular vibró y de inmediato lo levanto para ver si se trataba de otra amenaza, tan pronto como deslicé la barra de notificaciones hacia abajo, quise apagar mi celular. Me había olvidado de Karol. Desbloquee el celular y respondí.

—Te estaba buscando —María José se acercó con una radiante sonrisa, se inclinó y depositó un beso en mi frente. —El almuerzo esta listo —avisó. Tomó mi mano obligándome a ponerme de pie y guiándome hasta la mesa.

En el almuerzo, mi padre, Poché y yo estábamos sentados comiendo una comida bastante deliciosa. Hasta ahora mi padre no ha hablado de la presencia de María José en la mesa o mejor dicho en la casa misma, acompañándonos. Quizás no recordaba que había renunciado o Poché simplemente le mencionó que había retomado su puesto de guardaespaldas. Lo cual era un hecho, pero también lo era una cosa, de la que estaba bastante seguro que mi guardaespaldas no le había hablado. Así que dependía de mí hacerlo.

—Papá —hablé a su lado, en voz baja pero exigiendo que su atención se centrara en mí. 

—¿Si? hija —su visión se centro en mi, al igual que de mi guardaespaldas. Sonreí abiertamente antes de hablar.

—María José y yo estamos juntas, somos novias —le informé. Mi padre sonrió ante la confesión y los ojos de mi novia se agrandaron mientras tragaba con dificultad su trozo de carne.

—¡Calle! —Poché me regaña con las mejillas totalmente rojas. Puse los ojos en blanco ante la reacción de mi novia.

—Entonces… —murmuró mi padre mirando directamente a María José.

—Señor… ella… yo… quiero decir…. —mientras María José se estaba perdiendo con su palabras. Me quedé en silencio cortando una rebanada de mi comida y viendo junto con mi padre a Poché tener una crisis. Ella respiró hondo para recuperarse.  —Es cierto, somos novias… —asentí con una sonrisa, mientras dirigía el tenedor a mi boca. —Iba hablar con usted, antes de oficializarlo. Quería hacerlo bien esta vez pero… al parecer no puedo esperar más  —ella resopló y frunció el ceño. —Tu hija se frustra por todo y suele ser molestosa cuand… —deje de sonreír y decidí interrumpir.

—¡Oye! —me quejé dejando a un lado el tenedor, y crucé los brazos sobre mi pecho. Poché me ignoró y continuó hablando.

—Pero quiero que sepas que tu hija es la persona que más me importa en este momento y algo me dice que será para el resto de mi vida —sonrió mi padre. Mientras yo sentía mi pecho hincharse de amor por la mujer que tenía como novia.

—Eres una buena chica, Poché, y no podría esperar que alguien mejor estuviera con mi hija —terminó de decir mi padre. Yo sonreí estando de acuerdo con él, y Poché se sonrojó ante la declaración.

Mi padre pareció complacido y continuó comiendo y animándonos hacer lo mismo. Era exactamente lo que iba hacer cuando mi celular vibró, sospechando ya de quien era el mensaje lo saqué de mi bolsillo, sabiendo que recibiría un regaño por la acción.

—¿Quién es? —preguntó Poché luciendo preocupada y poniéndose en alerta. Al parecer no fui la única que estaba paranoica. 

—Es Karol, quiere saber a que hora nos veremos  —informé con cautela y nerviosismo, ya teniendo una idea de lo que estaba por venir. Abandonar la casa no era una opción para mis compañeros de mesa.

La Guardaespaldas [EDITANDO]Where stories live. Discover now