Capítulo 58

14.4K 783 89
                                    

#POCHÉ

Durante el transcurso del día no pude estar tranquila ante la idea de que Daniela estuviera presente en una fiesta o en cualquier otro lugar público.
Me preocupaba la exposición de Daniela en lugares con mucha gente alrededor. Aunque ella trate ignorar las amenazas que acosaba su vida por su determinación de llevar una vida normal como cualquier chica de su edad, yo no podía olvidarlo.

Calle era mucho más vulnerable en público. Y con personas alrededor me resultaba difícil protegerla, y esa realidad me atemorizaba como no tenía idea, pero debía enfrentarla como fuera.

—¿Qué ocurre? —preguntó Daniela desde la cama, cerrando brevemente el libro que estaba leyendo.

—Nada... solo nervios.

—Lo sé. Lo noto. Ven aquí —palmando la cama señaló el espacio vacío en el otro extremo de la cama, indicando que me quería a su lado. Cruzo la habitación y rodeo la cama para sentarme donde me había dicho. Y Daniela se mueve con cuidado para dejarme más espacio. —Creo que sé por qué estás nerviosa, pero prefiero no especular.

—¿Si? —murmuro fingiendo desconocimiento.

—Sabes que solo será en el apartamento de Paula. Y que no habrá muchas personas, ¿no? —comentó, ladeando la cabeza y estudiándome con una ceja levantada.

Suspiré, rindiéndome. Sé que Daniela estaba emocionada de ir a esa fiesta y tampoco quería asfixiarla con tanto cuidado. La conocía muy bien, y era consciente de que tanta protección y previsión la ponían de mal humor. Y no estaba dispuesta a poner fin a su escasa paciencia.

Giro un poco la cabeza y besó a Daniela en la frente, volviéndome de lado hasta que nuestros cuerpos quedaron pegados.

—Comprendo que te molesta que te cuide mucho. Pero a veces siento la necesidad de meterte dentro de una burbuja, para que nada y nadie te haga daño. —hablé en tono muy serio, pero Calle se rió y se apoyó en un codo, descansando la cabeza en la mano mientras desliza sus dedos sobre mi mandíbula.

—No, por Dios. No me molesta... —afirmó Calle sonriendo con ternura. — solo que sigue siendo raro, pero en estas alturas ya debería haberme acostumbrado. —comentó. —En realidad lo aprecio mucho, creo que nunca me he sentido tan amada —esbozo una leve sonrisa al escucharla.

Calle puso una mano en mi cintura e inclinó la cabeza para besarme, la delicadeza y el sabor de sus labios hizo que me olvidara de todos mis miedos. Cuando se apartó, en sus ojos entrecerrados había una avalancha de deseo. Tomé un aliento intentando calmar a mi cuerpo.

—Gracias —dijo Daniela en voz baja.

—¿Humm? —fruncí el ceño confundida.

—Gracias por cuidarme como lo haz hecho hasta ahora —se apresuró a decir.

—Daniela —murmuré, entrelazando mis dedos con los suyos.  —No me agradezca que te ame —juego un poco con sus dedos antes de besar su mano. Levanté la barbilla de Daniela para cubrir sus labios en un beso delicado.

—Te necesito en mi vida. No sé si sería capaz de sobrevivir este infierno sin ti. —susurró Daniela con la voz temblorosa.

—Me tendrás todo el tiempo que quieras. No voy a dejarte nunca —murmuré con el corazón acelerado por su repentina declaración.

Hundo mi rostro en el cuello de Daniela, aspirando el dulce aroma de su perfume y deslizando mis manos bajo su pijama. Sintiendo que el calor, me inundaba una vez más.

—¿Sería tan malo? —comentó Calle de la nada. Sonreí cuando Daniela deslizó una mano bajo mi camiseta y tiró de ella, y luego, acarició mi abdomen desnudo. Mi cuerpo inmediatamente se retorció bajo sus dedos.

La Guardaespaldas [EDITANDO]Where stories live. Discover now