CAPÍTULO 66

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~EL DESTINO SE ENCARGARÁ~

—Creo que éste es el final.—comenzó a decir Leila.

—Tampoco exageren, aún nos seguiremos viendo.—dijo Sebastian riendo.

—Amor, creo que ella se refiere a que es el final de una etapa.—le explicó Dianna a su novio.

—Bueno, aún tenemos las vacaciones.—intenté animar al grupo.

—Eso es cierto.—me apoyó Tom y le di una sonrisa.

El baile había terminado y todos estábamos caminando por la ciudad en una imágen épica, es decir, es de noche y todos nos vemos un poco cansados pero aún así, nosotras estamos con nuestros vestidos y los chicos con sus trajes mientras que cada uno tenía en su mano su hot dog.

Después de tanta fiesta da hambre. Demasiada.

Luego de caminar por una media hora, cada pareja se despidió de nosotros y mi teléfono comenzo a vibrar en la pequeña cartera de fiesta que traía conmigo.

—¿Hola?.—contesté la llamada.

—Hija ¿Está todo bien?.—era mi madre.

—Si, no te preocupes.—dije mientras caminaba junto a Tom hacia el auto que estaba estacionado a unas calles.

—¿Vuelves a dormir a casa o te vas a lo de Dianna?.—preguntó a través de la línea.

¿Qué diablos hago?

Definitivamente, no iré a casa.

—Mamá, dormiré en casa de Dianna.—dije y sentí la mirada intensa de Tom sobre mí.

—Bueno cariño, cuídate mucho. Adiós.—se despidió y cortó.

Sentí que mis mejillas estaban rojas y miré a Tom quien intentaba no explotar de la risa.

—No te rías.— golpeé suavemente su hombro.

—¿Desde cuándo le mientes a tu mamá?.—preguntó entre risas.

—Desde el día en que te apareciste por mi ventana en la madrugada y tuve que escapar de casa.—respondí soltando una risita al recordar ese momento.

Ese día fue cuando Tom me llevó al edificio de su padre. Ese lugar tan mágico en donde ambos nos volvimos uno.

—Pues, en éste caso es una mentirita piadosa.—se justificó con las mejillas coloradas.

—¿A dónde iremos ahora?.—pregunté haciéndome la desentendida. Ya sabía a donde iríamos.

—A nuestro lugar.—respondió tomándome por la cintura causando que mi cuerpo temblara. Le dediqué una sonrisa y tomé su mano para dirigirnos a nuestro destino.

Al subir al auto inmediatamente conecté mi celular a los parlantes para escuchar música. La canción Taken de One Direction comenzó a sonar.

Al llegar a nuestro destino, podía sentir la tensión que había entre nosotros y mis piernas temblaban con sólo caminar.

Entramos a la gran habitación y apenas Tom cerró la puerta lo acorralé para darle un beso apasionado. Él lo correspondió de inmediato y me dirigió hacia la cama en donde me había entregando a él una vez y lo volvería hacer.

—No sabes cuanto extrañaba besarte, Blair.—susurró en mi oído mientras bajaba sus besos por mí cuello erizándome la piel.

—Entonces no esperes más.—dije besándolo dulcemente.

Y no lo hizo, no esperó más y yo tampoco. Nos hundimos en el placer entregándonos el uno al otro nuevamente, sólo que ésta vez no había nada ni nadie por delante de nosotros.

COMPLICATED ©| Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora