CAPITULO 48 +18

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ATENCIÓN: Imágenes un poco fuertes y contenido para adultos. Por favor abstenerse de leer el capitulo por curiosidad si no eres mayor de edad.

Al llegar a la entrada de la mansión, una sensación jamás experimentada ataco mi interior sintiendo como si estuvieran apretando mis entrañas comenzando a toser violentamente expulsando sangre en un sonido bastante desagradable.

Me deje caer de rodillas incapaz de mantenerme de pie continuando con los tosidos que desgarraban mi garganta desesperándome al no poder parar. Cerré los ojos evitando querer ver aquel desastre de sangre que de seguro había creado en el pavimento. Me pare con algo de esfuerzo y entre a la mansión.

Era consciente que llevaba algo de tiempo sin tomar mi medicina por lo que no era sorpresa que me sintiera terriblemente débil.

—Kou — trate de gritar saliendo un gemido casi insonoro tosiendo de nuevo por el esfuerzo — Kou — grite dejándome caer al ya no ser capaz de soportar mi propio peso sintiendo como alguien me tomaba en brazos agradeciendo infinitamente aquel acto.

Tape mi boca la cual estaba llena de sangre al igual que mi ropa mirando arriba de mí descubriendo que se trataba de Yuma.

Yuma me sentó delicadamente en su cama observándome con el ceño fruncido en preocupación para después con mucho cuidado quitarme la playera que traía al verla llena de sangre colocándome una de las suyas. Tomo un pañuelo húmedo y con sumo cuidado comenzó a limpiar mi cara siendo interrumpido por mi mano tomando la suya.

— ¿Dónde está Kou? — sorprendida por mi voz rasposa apreté la mano de Yuma deseando que me respondiera pronto ante la necesidad de estar con él.

—Un concierto — lo mire entendiendo el porqué de las calles vacías.

— ¿Dónde? — la intriga cubrió todo mi rostro ante la mirada intranquila de Yuma.

—En el centro de la ciudad — abrí los ojos soltando suavemente su mano — ¿Por qué?

—Ayer estuve ahí.

KOU POV (Noche de la despedida entre Haru y Rina)

Estaba harto de los gritos y la enorme multitud que no dejaba de enfadarme. Chicas tratando de tocarme, aventándose entre si y abrazándome como si fuéramos amigos cercanos.

¿Quiénes se creían? ¿Rina?

La prensa no se quedaba atrás con sus absurdos rumores sobre Rina siendo aún más difícil mantenerla conmigo, molestándome infinitamente cuando se trataba de ella.

—Kou, sales en cinco minutos — mire la puerta con molestia queriendo terminar esto rápido. Quería estar con Rin-Rin.

Me pare con pesadez viendo por la enorme ventana que daba a la calle notándola bastante desolada. Mis ojos viajaron a la acera abriendo los ojos al encontrarme una pequeña figura de cabello blanco, inmóvil de aspecto frágil y sucio. Rina.

Al darme cuenta que era ella, camine quedando de frente al vidrio sintiendo como mi pecho se oprimía al ver como tapaba su cara poniéndose de cuclillas siendo suficiente para dirigirme a la puerta topándome con mi manager quien se encontraba esperándome.

—Cancela el concierto, no voy a salir — ordene bruscamente sintiendo como me tomaba por el brazo.

—Kou, tenemos un contrato. O sales ahí o yo me encargo de que no puedas volver a ver a esa niña albina. ¿Entendiste? — lo mire con los ojos ardiendo de furia aprovechando mi arranque de enojo para tomarlo del cuello de la camisa aventándolo al ver que era verdad. Solté un suspiro y salí del cuarto azotando la puerta detrás de mí.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora