Sintiendome terriblemente desorbitada, incomoda y asustada por la escena anterior, tome la decision de salir de ahi rápidamente no sin antes dejar dicho en una nota dirigida a Kou mis intenciones al volver a mi hogar tratando de no expresar mi claro descontento ante la decision.
Era obvio que no queria volver pero tampoco queria quedarme para ser participe de otro drama con respecto a Ruki o incluso que se viera envuelto Kou.Me pare frente a mi hogar agarrando el camisón con mis manos hechas puño en un claro acto de nerviosismo puro y miedo de siquiera pisar la entrada.
Espere tranquilizarme aunque fuera un poco para así mostrarme serena para cuando me viera frente a mi hermano.
Camine a la entrada sintiendo como las botas que había sacado del armario de Kou se metían y entraban con cada paso que daba a causa de lo grandes que me quedaban. Tome la manija de la puerta y con un suspiro la empuje impregnandome con un aire bastante pesado junto con el filoso silencio a comparación de la mansión Mukami la cual siempre gozaba de cierta musicalidad o ruido por mas natural que fuera.
Mire a todos lados esperando a que alguno de mis hermanos saliera de alguna habitacion o espacio sin quitar mi estado de alerta por si se trataba de Raito ya que aún no estaba lo suficientemente lista como para enfrentarlo si es que llegaba a salir de improviso.A pesar de ser mediodía, la mansión lucia tremendamente obscura mientras subía las escaleras observando debajo de mí casi como si hubiera un hoyo negro listo para tragarme.
El corredor se sentía más largo que de costumbre poniéndome cada vez más tensa ocasionando que me quitara los zapatos de Kou para mantener mi cabeza ocupaba en algo por mas minima que fuera la tarea.
De inmediato, despues de haber hecho eso, una leve melodía llego a mis oídos cerrando los ojos al saber de inmediato de quien y cual se trataba. Me conocía a la perfección y eso en aquellos momentos resultaba aterrorizante.La suave textura de la alfombra rozaba descuidadamente la planta de mis pies relajándome un poco con cada paso que daba, deleitándome con la lenta melodía que sonaba por todo el pasillo, embrujandome hasta quedar frente al salón que había sido testigo y escena de la muerte de Cordelia.
Cordelia. Aquel nombre punzaba de una forma distinta en mi pecho, casi como si quisiera recordarme algo.Mordí mi labio inferior preparándome para lo que podria ocurrir una vez cruzara aquella puerta quedandonos completamente solos Raito y yo, y no solamente solos de espacio sino de lugar ya que ninguno de mis hermanos rondaba por la mansión.
Empuje el pedazo de caoba encontrándome con lo que ya había imaginado en mi cabeza. Raito sentado en el banco frente al piano tocando aquella melodiosa musica que lograba tranquilizarme en el pasado cada que mi madre perdía los estribos, corriendo a refugiarme en los brazos del de ojos esmeraldas, acariciado las teclas del piano hasta que me quedaba profundamente dormida.
Las cosas habían cambiado. Parecía que en aquellos instantes la melodía había adoptado un significado e intención más perversa. Como el de un depredador atrayendo con sus dulces trucos a la víctima que se iba a devorar.
–Raito – llame, mirando como levantaba su vista al detener los elegantes movimientos de sus dedos, regalándome una casi imperceptible sonrisa que provoco que mi corazón se contrajera en una sensación que no me gustó para nada.
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La Pequeña Sakamaki
VampirRina Sakamaki al tener una vida llena de lujos y comodidades, tendra un giro completamente distinto y agresivo del que alguna vez se imagino. Los Mukami llegan y con ellos un sin fin de escenas y sentimientos. ¿Que pasara con la joven y hermosa vamp...