La Pequeña Sakamaki

CAPITULO 3

Mire con el ceño fruncido el molesto bullicio tratando de identificar que o quienes eran los que estaban en medio del círculo improvisado humano que no me permitía ver más allá a excepción de una cabeza de color marrón que sobresalía por sobre todas, reconociendo que se trataba de uno de los 4 vampiros nuevos. A base de empujones y malas caras me abrí paso quedando justo en medio de mis hermanos y ellos, los cuales no dejaban de verse con cierta rivalidad haciendo que el ambiente se tensara cada vez más y mas. Me volví hacia mis hermanos buscando respuestas con la mirada estando a punto de preguntar acerca de la situación cuando una voz me interrumpió.

-Pero si es la linda chica que vimos en la mañana - hablo una voz detrás de mi haciendo que volteara dandome cuenta que se trataba del rubio, mirándolo inquisitivamente ante el inoportuno piropo.

-Ya veo, se trata de su hermana pequeña - señaló otro de cabello gris mirándome de forma curiosa con aquellos fríos ojos azules provocando que tragara saliva ante la filosa mirada. Las manos de alguien me tomaron de los hombros poniéndome detrás de él sirviendo de escudo para que dejaran de escrutarme con la mirada dándome cuenta que el responsable se trataba de Raito quien miraba a aquellos chicos con una expresión de burla.

-Quiten su maldita atención de mi hermana, ella no tiene nada que ver en esto - gruño Subaru furioso haciendo puño sus manos tratando de contenerse notando lo desagradable que le parecía la presencia de aquellas personas.
Aún sin entender nada y agobiada por todas las miradas puestas en nosotros como si de animales de circo nos tratáramos, pase mi mirada por cada uno de mis hermanos, incluida Yui esperando responder alguna de las preguntas que seguían formulandose en mi cabeza deteniendome al ver la mirada estupefacta de Shu puesta sobre el vampiro gigante de cabello marrón.

-Evitemos problemas entre ambas familias y manténgase alejados de la humana y sobre todo de mi hermana - la voz diplomática y tranquila de Reiji logró hacerme sentir un poco menos tensionada asomandome detrás de Raito observando como el rubio dirigía su ojo azul hacia mí al tener el otro cubierto por un parche y su cabello, dedicándome una suave sonrisa.

-Vaya grupo de idiotas - espeto el más alto revelando una voz bastante agresiva y ronca que me hizo estremecer a causa de lo feroz que sonaba.

-¿Que dijiste? - gruño Ayato sacándolo de sus casilla ante el infantil insulto el cual todos ignoramos al resultar de nula importancia pero que por supuesto heria el altísimo ego del de ojos de gato.
-Ayato, no - susurre tratando de tranquilizarlo al estar a punto de dar un paso hacia ellos.

-Ruki, será mejor, que nos vayamos - articulo el más bajo de ellos con una voz casi somnolienta pero que en medio de tanto caos resultó relajante.

-Tienes razón Azusa, nos volveremos a ver bastardos Sakamaki - sonrió el recién mencionado no sin antes mirarme de reojo para después desaparecer del lugar junto con las demás personas que comenzaban a disolverse por el pasillo quedando solamente nosotros.

- ¿En donde estabas? - pregunto Kanato en un tono de voz que parecía más de molestia que de preocupación.

-En clase - respondí distraída al seguir con mi mirada puesta en donde habían estado aquellas personas realmente intrigada ante su repentina aparición.

Una vez en la mansión camine sumerguida en mis pensamientos hacia mí habitación con la imagen de aquellos dos vampiros de ojos azules mirándome con cierta insistencia la cual no lograba comprender queriendo entender la razón de su presencia y el porqué de su llegada precisamente con la novia que estaba en estos momentos. Yui, realmente tenía algo que las demás novias sacrificadas no poseian. Algo que aún ninguno era capaz de descubrir y que por supuesto yo no sería la indicada para hacerlo.
El silencio del lugar se vio interrumpido por un fuerte grito lleno de furia seguido de otros más lanzando una serie de insultos y blasfemias lo cual no hizo más que hacerme abrir ojos reconociendo que se trataba de Subaru bastante cabreado.