CAPITULO 33

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–¿Cuándo se va a acabar este endemoniado carnaval? – gruño hastiado Subaru mirando a su alrededor con el ceño fruncido.

–Parece que esta vez el carnaval a durado más que otras ocasiones – expreso Reiji subiéndose los lentes.

–¿Qué se supone que hagamos ahora? – pregunte suspirando parpadeando repetidamente para evitar que el sueño me consumiera mientras veía a la gente aun con la energía a tope.
Si lo llegaban a saber, resultaría ridículo el que los hijos sangre pura de Karlheinz estuvieran cansados.

Mire a Shu a un costado mío quien aun se encontraba durmiendo en mi hombro con sus audifonos puestos.
Cerre los ojos por unos momentos sin querer ver mas el mar de gente que habia en aquel establecimiento donde decidimos meternos para descansar.

–¡Cállate maldito Mukami!
La voz molesta de mi hermano Subaru resono una vez abandono su lugar junto a mi haciendo que de inmediato abriera los ojos para enfocarlos en la escena a unos metros frente a mi.
–¡No te atrevas a seguir mencionando a mi hermana! – su voz volvió a resonar seguido de un fuerte sonido dentro del lugar que hizo que todos nos pusieramos alertas al sentir como temblaba fuertemente, tambaleandose todos en su lugar.

–¿Qué está pasando? – mire a Ruki una vez se acerco a nosotros quien me regreso la mirada igual de serio sin entender.

Una fuerte explosión detono detrás de nosotros provocando que de inmediato el caos se desatara escuchando como la gente gritaba desesperada y se empujaba para salir sin importar a quien se llevarán en el camino con tal de salir de ahí.
Bastante confundida y desorientada mire a mi alrededor, dandome cuenta que habia terminado en medio del mar de gente quien no tardó en alejarme de la presencia de mis hermanos.

–¡Rina! – grito Ayato viendo su cabello color fuego entre la muchedumbre mientras yo trataba de empujar a la gente para poder caminar – ¡Rina!

–¡Aquí estoy! – grite de vuelta levantando mi mano para que tratara de encontrarme. Otro fuerte estruendo sono justo encima de donde estaba, provocando que abriera los ojos al ver como el techo comenzaba a cuartearse. Abrí los ojos al ver como este se trozaba y comenzaba a agrietarse cada vez más preparándose para caerse encima de todos.

–¡Rina! – escuche está vez la voz de Raito igual de desesperado al percatarse de la situación.

Desesperada empece a empujar a la gente evitando caerme en el proceso al empujarme de vuelta, tratando de llegar a donde habia escuchado la voz de mis hermanos. En aquellos momentos mi condicion jugaba completamente en mi contra al no poder considerar la tele transportación como una opción mientras que mis hermanos no podían hacerlo al nisiquiera saber donde estaba en medio de toda aquella gente.

Otra explosión.

Levante la vista observando como el techo comenzaba a desplomarse violentamente hacia mí, listo para aplastarme. Corrí lo más rápido que pude lanzandome a un pequeño espacio en donde rogaba que los escombros no cayeran directamente hacia mi.

NARRA KOU

Mire dentro del salón encontrándome con nada más que escombros y un montón de polvo impidiéndome ver con claridad. Comencé a caminar tropezándome con los pedazos de edificio en un intento por encontrar a Rina.

–¡Rina! – grite mirando a todo lados comenzando poco a poco a desesperarme al no ver rastro de ella.

–¿Dónde está? – la voz de Kanato hizo eco en la construcción viendo todo con la mirada cubierta de miedo.

–¡Rina!! – volví a gritar esta vez mas ansioso moviendo todo a mi paso rasgándome las manos con cortes rogando porque no estuviera debajo de todos esos montículos de cemento – Rina – susurre al divisar un pequeño cuerpo en la esquina del salón cubierto de polvo y escombros.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora