CAPITULO 31.

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El tener que ir a un festival organizado por Karlheinz hacia que muchas dudas se agolparan en mi cabeza teniendo un poco de inseguridad por lo que de alguna forma planeaba con todo aquello.

Salí de la habitación una vez que Raito se retiró después de decirme la noticia, caminando hacia la entrada en el momento justo en el que una carta se deslizaba por debajo de la puerta provocando que frunciera el ceño ante tan extraña situación.

Baje las escaleras y tome el sobre color negro con un sello de lacre portando una rosa como diseño la cual mantenía sellado el contenido de adentro.

Baje las escaleras y tome el sobre color negro con un sello de lacre portando una rosa como diseño la cual mantenía sellado el contenido de adentro

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Di media vuelta y me dirigí a la habitación de Reiji para darle a leer el contenido de aquella carta. Toque un par de veces avisando de mi presencia para poder entrar encontrándome a Reiji de espaldas observando por la ventana mientras tomaba una taza de té inundando la habitación con el olor del mismo.

-Buenas tardes Reiji - salude mientras entraba viendo cómo se volteaba con su expresion llena de duda siendo aquella la señal para estirarle la carta la cual tomo con sus grandes y delgadas manos.

-Me pregunto quién en la tierra enviaría una carta a estas horas - se quejó dejando la taza a un lado con cierta molestia. Comenzó a leerla en silencio manteniéndome ansiosa por unos minutos al querer saber de qué trataba - Este sin duda no era el momento para tomar él té tranquilamente.

Reiji llamo a los demás y en cuestión de minutos la habitación se llenó.

-Reiji, ¿Qué demonios estás haciendo llamando a la gente tan de repente? - gruño Ayato bufando sonoramente para despues clavar su mirada en mí cambiando su molesta expresión por una de incredulidad - Tu no te quedes parada ahí. Quéjate un poco.

-Su cara lo dice todo - escupió Kanato.

-Vamos hay que calmarnos después de todo quien nos ha llamado es Reiji, tal vez nos quiera ofrecer algo - se burló Raito sonriéndome al probablemente ya saber de lo que se trataba todo.

-Siempre tienes que decir cosas extrañas - gruño Subaru mirando mal al del sombrero.

-¿Y Rina? Solo esta parada ahi sin decir nada, se ve espeluznante - fingio tener escalofríos, ignorando el hecho de estarme molestando.

-Corta el rollo Ayato antes de que te parta el cráneo - insulto Subaru.

-Si vuelves a decir eso Ayato se enojara mucho - hablo vacíamente Kanato.

-Eres desagradable - murmuro Subaru entornando los ojos.

-Ya fue suficiente - corte harta de sus rabietas dedicándoles una mirada de advertencia a todos.

-Son tan molestos - pujo Shu con la voz adormilada mientras se sentaba en el sillón en donde se encontraba descansando.

-Bien, bien, no empiecen a pelear por tonterias, ademas, - calmo Reiji acomodándose los lentes en el puente de la nariz - Subaru, siempre estas destruyendo paredes o muebles. ¿Quién crees que tiene que reparar? Es increíblemente molesto así que por favor, Ayato, Kanato, Raito, paren de decirse cosas que solo empeoran todo - solté una leve risita ante los regaños de Reiji.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora