CAPITULO 24

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Odiaba el momento en que el maestro decidió cambiar los exámenes a ese día cuando yo me había preparado para la siguiente semana. Química no era algo que se sacara del alma y lo peor es que evidentemente no había estudiado. Agradecí infinitamente tener conocimientos básicos a causa de Reiji logrando contestar el examen. Haru se veía bastante relajado con el asunto ya que se encontraba dormido en el mesa banco y con la baba de fuera como si hace cinco minutos no hubiera presentando un examen de Química. Negué ante la despreocupada imagen soltando un bostezo al verme contagiada por el chico a un lado mío.

–¿Cuándo terminemos los exámenes podemos ir a comer monja? – mire a Haru sorprendida al escuchar el susurro de su voz tan de pronto mientras se limpiaba las comisuras de los labios alternando su mirada en mi y el profesor para no ser descubierto. Negué entornando los ojos – ¡¿Por qué no?! Eres mala — grito en un susurro cruzándose de brazos.

–Y tu persistente – rezongue mirando al frente.
Queria ir pero de alguna manera me preocupaba la seguridad de aquel humano. Que mis hermanos se enteraran no era una buena idea asi que lo mejor era seguir así, con cierta distancia.

Me levante al escuchar el timbre del descanso para dirigirme al baño a lavarme las manos. Aliviada de no encontrar a nadie ahí, abrí el grifo del agua aprovechando para refrescar un poco mi cara con el agua tibia. El sonido en uno de los cubículos hizo que me detuviera un tanto exaltada para después fruncir el ceño al escuchar de nuevo algo. Me agache un poco mirando unos pantalones negros remangados. Ayato.

Abrí la puerta con cautela viéndome jalada con brusquedad hacia dentro cerrando la puerta detrás de mí con prisa para tomarme entre sus brazos y colocarme arriba del inodoro.

–¿Qué estás haciendo aquí? – exigí saber en susurros haciendo ademanes con las manos.

–Shh o nos van a encontrar a los dos aquí – Me indico poniendo su dedo índice en mi boca – Me han dicho que te has estado viendo con un humano, ¿es eso cierto? – fruncí el ceño maldiciendo mentalmente.
Abriendo la poca para hablar fui interrumpida por él poniendo su mano en mi boca callándome sin razon aparente – No digas nada, – después de unos segundos me miro quitando su mano de mi boca – ahora sí.

–No se quien fue el que dijo eso – hable normal.

–Ore-sama tiene contactos – se cruzó de brazos mostrando ese egocentrismo tan característico de él.

–Ore-sama tiene contactos – se cruzó de brazos mostrando ese egocentrismo tan característico de él

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–Te lo dijo Yui, ¿cierto? – ataje ocasionando que el abriera los ojos. Descubierto.

–N-no importa quién me lo haya dicho, ¿es cierto? – tartamudeo adoptando de nuevo la postura de hermano celoso.

–No le veo lo malo, – le quite importancia encogiéndome de hombros a pesar de tener cierto miedo una vez los demas se fueran enterando – tu estas con Yui.

–Es distinto.

–Es lo mismo.

–Lo que sea, odio cuando tienes la razón – abrió la puerta como si nada exaltándome.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora