CAPITULO 59

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En el momento que llegue, subí hacia mi habitación y me encerré dando un portazo sintiendo como mis manos temblaban aún a causa de la adrenalina que sufrí al ver a aquel chico de cabello rubio y ojos azules.
Sentía en mi pecho el lindo destello de poder conocer a alguien, su mirada no sólo provocó emoción sino un montón de emociones que se agolparon en mi cuerpo las cuales no pude controlar de ninguna forma. El miedo de que realmente supiera quien era me hizo correr, nadie podía saber de mi existencia, no por el momento. Tenía que respetar las decisiones un tanto egoístas de mi padre o de otra forma jamás saldría de aquella incertidumbre.
Camine de un lado a otro con los ojos cerrados aún recordando la bella cara de aquella persona. Sonreí inconscientemente acercándome a la ventana para mirar el cielo que se alzaba ante aquel bosque dejándome embargar por aquella emoción que llenaba todo mi cuerpo de energía.

POV KOU
–¡Ruki! – grite apresuradamente entrando al estudio encontrándome a mi hermano sentado frente a su escritorio quien al verme levantó la mirada un tanto confundido ante mí presurosa aparición – Rina...
Ruki se puso de pie lentamente al escuchar ese nombre saliendo de mis labios después de tanto tiempo.
–¿Que? – logró soltar mirándome estupefacto.
–Fui al centro de la ciudad y me tope con la mirada de una mujer igual a Rina. Cuando quise alcanzarla para hablarle salió corriendo – explique rápidamente y con la voz un tanto temblorosa ante la posibilidad de que en verdad fuera ella.
–¿Estas seguro de lo que estas diciendo? Han pasado muchos años...
–Yo lo sé, no jugaría con esto, de verdad era idéntica a ella. Su cabello, sus ojos, todo – trague saliva aún con la viva imagen en mi cabeza.
Si se trataba realmente de ella, todos nos volveríamos locos. Habíamos vivido con la idea de que murió en manos de los Tsukinami una vez que la secuestraron resultando en 5 dolorosos años de los cuales aún no lograba recobrarme por completo. Todo se vino abajo y la esperanza de volverla a ver se esfumó con el tiempo.
–Ruki, si es ella yo... – pare mis palabras al sentir como mis ojos lagrimeaban.
–No nos emocionemos aun Kou, la viste por un segundo, puede ser otra chica igual a ella – suspiro sentándose de nuevo.
Asentí bajando la mirada recobrando de nuevo las sensaciones que pude lograr acallar con su pérdida.
–Tienes razón, pudo haber sido una linda coincidencia, ¿cierto? – solté una risita rascandome la cabeza ante la atenta mirada de Ruki.
–Yo también la extraño Kou, pero Rina se a ido – nuestras miradas se cruzaron entendiendo por completo que el y yo compartíamos el mismo dolor ante la pérdida de aquel ser que llegamos a amar con profundo desespero.

POV RINA
Los días seguían pasando logrando que Irie y yo nos volviéramos verdaderamente cercanas aquella hermosa mujer resultó ser demasiado cálida por lo que hacía mis días más amenos y llevaderos. Mi padre siempre estaba ausente y pocas veces nos cruzabamos en la mansión.
Todo el día me la pasaba o en mi cuarto o acompañando a Irie en los quehaceres de todo el lugar.
Mi vida se volvió bastante sedentaria al no poder hacer mucho dentro de aquel lugar, aprendí a cocinar, coser, bailar e incluso etiqueta pero estaba cansada de lo mismo, sin contar de los intentos fallidos por recordar algo y el incesante recuerdo de aquel hombre en el centro de la ciudad.
Tenía demasiadas ganas de volver a verlo y aunque Irie y yo nos habíamos vuelto muy cercanas, jamás saque el tema por lo que quería respuestas.
–Oye Irie – llame viendo como sacudía los libros de la enorme biblioteca mientras yo me encontraba acostada boca arriba en un sillón de terciopelo rojo – Hace unos días cuando fui a la ciudad, vi a un hombre de cabello rubio y ojos azules a la lejanía que me resultó demasiado familiar – Irie detuvo lo que hacía quedándose aún a espaldas de mi sabiendo que me estaba escuchando perfectamente – Cuando se dio cuenta de mi presencia salió detrás de mí.
–¡¿Te habló?! – exclamó mirándome está vez algo exaltada.
–No, salí corriendo y ya no pudo decir nada más – exhale tristemente.
Irie suspiro aliviada haciéndome fruncir el ceño ante aquello poniendome de pie y caminando para quedar frente a ella.
–¿Que fue ese suspiro, eh? – interrogue resultandome sospechoso – Tengo la sensación de que lo conozco pero no se de donde exactamente, quería ver si tu podías ayudarme – Irie de inmediato me dio la espalda y camino lejos de mi refunfuñando que no podía.
Comencé a perseguirla rogándole que me ayudara, de verdad quería encontrarme de nuevo con aquel rubio.
–Irie, porfavor, necesito verlo de nuevo. Lo necesito, mucho – junte mis manos viendo como hacia cara de duda. Antes de que pudiera decir algo la presencia de Karlheinz apareció detrás de Irie sorprendiendonos a las dos.
–Lamento interrumpir pero tengo una gran noticia para mi hija, si nos permites Irie – la mencionada hizo una reverencia y sin más se retiro del lugar dejándonos a mi padre y a mi a solas.
–¿Recuerdas de la fiesta que te mencioné? – mis ojos de inmediato se agrandaron viendo como mi padre sonreía al ver mi expresión de emoción – Será mañana en la noche. Vendrá un montón de gente de sociedad entre ellos tus hermanos – tape mi boca completamente extasiada por la noticia. Sin más, abrace a mi padre con ahínco sin poder esperar más tiempo.
–¡Oh por dios! – me separe de él con una enorme sonrisa – Por fin veré a mis hermanos – murmure aún sin poder creerlo.
–Recuerda lo que hablamos, por esa razón será de mascaras, así pasaras más desapercibida, ¿de acuerdo? – asentí obedientemente sin importarme nada. Con tan sólo verlos me bastaba por el momento, había estado esperando esto desde semanas y por fin había llegado el momento.
–No hay problema, me portare bien – Karlheinz asintió y me dio un beso en la frente.
–Todo lo que necesites te será dado por Irie el día de mañana asi que no te preocupes. Buenas noches mi rosa blanca.
Entre a mi habitación soltando grititos de emoción para después sentir como lágrimas caían por mis mejillas. Tenía miedo, sin más, mi cuerpo empezó a temblar ocasionando que me abrazara para poder tranquilizarme. Aquellas sensaciones negativas no lograrian dominarme, mañana de una u otra forma sería un gran día.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora