CAPITULO 17

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Odiaba aquel bote de pastillas. Era como si estuviera burlándose al estar posado todos los dias a un lado mio recibiendome cada que abria los ojos. Al tomarlas me hacia sentir pesada y con sueño y lo que era peor, me recordaban momentos dolorosos de mi pasado de los cuales me habia dedicado toda mi vida a borrar.

Suspire recordando el evento de la noche anterior con Ruki sintiendo casi como si hubiera quedado tatuado en el lugar, el como su aliento choco contra mis labios ante la cercanía

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Suspire recordando el evento de la noche anterior con Ruki sintiendo casi como si hubiera quedado tatuado en el lugar, el como su aliento choco contra mis labios ante la cercanía. Me causaba conflicto el como Ruki y Kou mostraban tener sentimientos mas allá de los propios en una hermandad.
Hacia cuestionarme las emociones que provocaban en mi y el como permitia que llegaran incluso un poco mas alla de lo debido casi como poniendolos y poniendome a prueba.
Estaba cada vez mas claro que ambas partes estabamos desarrollando ciertos sentimientos un tanto indebidos.
Comenzaba a creer que mi estancia en aquel lugar provocaria ciertos problemas o dramas entre aquellos dos bellos vampiros.

La realidad era que no queria irme, queria seguir estando ahí, me gustaba toda la ronda de emociones que llegaban a mi cuando Ruki o Kou se encontraban cerca de mi. Me gustaba o me gustaban...

Antes de que mis pensamientos despegaran aun mas lejos, unos golpes en la puerta hicieron que me levantara con extremo cansancio a causa de los efectos del medicamento y aturdida aun con las ideas frescas en mi cabeza.

–¿Qué pasa? – frunci el ceño al ver la imponente figura de Yuma detras de la puerta.
Este movió sus pupilas de un lado a otro mostrandose algo ansioso y hasta nervioso sin soltar palabra alguna evitando encontrarse con mi cara.

–¿Yuma?
Deteniendome de decir algo mas, este me empujo un poco para meterme a mi habitacion y asi envolverme contra su enorme cuerpo una vez empujo la puerta detras de él.
Mi cuerpo se estremecio lleno de sorpresa mientras el castaño me apretaba aun mas fuerte.

–Cállate – susurro débilmente en una debil exhalación sintiendo como sus brazos se relajan pero aun sin separarse de mi cuerpo. Mis ojos se empañaron un poco al reconocer el mismo aroma a vainilla viniendo de Yuma, poniendome la piel chinita al venirse un recuerdo de un niño rubio y otro castaño corriendo llendo de la mano hacia mí con unas enormes sonrisas.

Edgar.

–¿Que significa esto? – asustada de haber soltado aquella pregunta y la imagen mental, Yuma apreto su mano sobre mi ropa.
–Un olor dulce me dirigio hasta acá, fue como volver a casa. Mi verdadera casa – susurro con un tono de voz lleno de nostalgia – Probablemente suene como un tonto, pero, ¿que no todos tienen permitido un momento de vulnerabilidad?
Abri aun mas mis ojos al recordar las palabras similares que Ruki utilizo conmigo una vez me mostro sus enormes cicatrices.
Levante mis manos y con suavidad le regrese el abrazo.
–Tienes razón, todos tenemos derecho.
Aquel aroma a vainilla caracteristico de Shu no abandonaba el cuerpo de Yuma confundiendome en si se trataba de alguna especie de recuerdo olfativo o si de verdad estaba emanando del vampiro gigante el cual se encontraba mostrandome una faceta vulnerable para nada propia de el.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora