CAPITULO 15

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"Pobrecita, cargar con ese apellido"

Basta.

"Igual de trastornada que su madre"

Eso no es verdad.

"Esta loca, nis sus hermanos han de quererla"

Basta, basta, basta. Déjenme en paz. Basta, basta...

Abrí los ojos abruptamente, demasiada abrumada con aquellas voces, sintiendo el sudor frio correr por mi frente denotando lo mal que lo había pasado en aquel sueño.
Mi cuerpo estaba cubierto por una fina capa de sudor por lo que podía sentir lo húmedo de las cobijas pegarse a mi piel de una forma desagradable. Pestañee lentamente tratando de acostumbrarme a la claridad del lugar, notando que estas se encontraban húmedas siendo víctima de las lágrimas inconscientes que había derramado a causa de ese maldito sueño. Habían pasado años desde la última vez que tuve aquel sueño, por lo que me tomo con la guardia baja. Aquellas paredes excesivamente blancas no ayudaban para que el sentimiento de pesar se apaciguara convirtiéndose en desesperacion una vez mas al no poder hacer algo. Quería moverme, pero al sentir que mis huesos pesaban una tonelada desistí completamente. La venda fue cambiada y mi cabello emparejado una vez que volví a quedar inconsciente.

El cuarto estaba ocupado por todos lados. Subaru estaba a un lado mío sentando en una silla mientras tomaba mi mano, Kanato acostado en la cama del otro lado, Shu dormía acostado en el sillón con su cabeza en el reposa manos, Reiji se encontraba sentado con las piernas cruzadas y una mano en su regazo, Raito en una silla con la cabeza apoyada en la cama y por ultimo Ayato en el suelo al pie de la cama. Todos plácidamente dormidos.

Al sentir aquella ansiedad agolpandose en mi cuerpo, me moví llevada por la adrenalina, provocando que todos se exaltaran mirándome a la expectativa.

-Necesito ir al baño - dije apenada y fingiendo tranquilidad mientras escuchaba los suspiros de alivio de mis hermanos.

-Enserio Rin-chan, nos asustamos mucho - exhalo Raito, sobando su cabeza con pereza.

-Lo siento - murmure viendo por el rabillo del ojo como Subaru se acercaba sentándose a un lado de mí, lo mire y este se acercó juntando su frente con la mía delicadamente, clavando sus ojos carmesí en los míos.

-Me alegro que ya estés bien - susurro sonriendo levemente ocasionando que asintiera en señal de consuelo. Agarre el soporte de metal en donde estaba el suero y la sangre para dirigirme al baño a paso lento. Una vez que termine, salí de ahí ignorando el hecho de donde me encontraba, reviviendo sentimientos del pasado a cada minuto que pasaba.

Reiji decidió hablar con todos nosotros en torno a las medidas que estaríamos tomando a consecuencia de los sintomas que se iban presentando con mas frecuencia en mi. Los cuidados y las medidas de precaución a llevar una vez que volviera a la mansión. Antes de que pudiéramos terminar, el estruendo de la puerta chocar contra la pared al ser abierta nos interrumpió a todos.

-¡Rin-Rin! - mis hermanos miraron a Kou con horror una vez que entro con lágrimas en sus mejillas, empujando a Subaru al pasar para abrazarme fuertemente sin mucho cuidado - estaba muy preocupado. Cuando te vi en brazos de aquel Sakamaki y con el cabello mochado, me asusté mucho - farfullo rápidamente sin dejar de apretarme, ocasionando que hiciera una mueca de dolor sin poder contener el gemido que salió al encontrarme demasiado sensible.

-Kou, tranquilo. Estoy bien - hable lo suficiente claro para que se separara un poco de mí, quedando cara a cara, sintiéndome apenada al ver como hacia un puchero cristalizando sus ocelos azules.

- ¿Deb-beras? - dijo con voz temblorosa, afirmando para que no comenzara a llorar.

-Oi, ¿Qué mierda te pasa para entrar de esa manera? - gruño Subaru cortando la conversacion. Kou dejo de hacer contacto visual conmigo para mirar a mi hermano desinteresado.

La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora