CAPITULO 34

52 6 0
                                    

Me senté en el centro de mi cama viendo hacia la nada, repitiendo las palabras que Raito confesó minutos atras logrando erizarme de nuevo la piel y hacerme estremecer de una forma aun prohibida.

Los Mukami aún no sabían de los cambios que mi cuerpo habia sufrido por su repentina desaparición desde hace unos días al igual que Haru, quien vi por ultima vez en el carnaval con aquella chica. Comenzaba a extrañarlos, pero la idea de verlos con aquel aspecto me asustaba.

Suspire agobiada, mirando hacia el espejo que en algun momento mostro mi reflejo siendo tapado con una sabana para evitar mirarme. Tape mi ojo izquierdo con mi mano y la deje caer golpeando el colchón en el recorrido. Aquel era el cambio mas notable y controversial. Resultaba una imagen bizarra aun para mi ya que no lograba acostumbrarme.

Tome el parche negro que le pedi a Reiji de mi cama y lo amarre por detrás de mi cabeza para tapar la notable heterocromia de mi ojo izquierdo.

Camine por el pasillo observando de forma distraida como mis pies sacaban pequeñas motas de polvo al hacer contacto en cada paso. Detuve mi caminar notando la puerta del laboratorio de Reiji entreabierta dejando salir un haz de luz hacia el obscuro pasillo.

Di un paso para seguir mi camino, deteniéndome al escuchar la voz de Reiji llamándome desde adentro. Abrí la puerta revelando su figura sentado tomando una taza de té tranquilamente indicándome que me acercara para sentarme frente a él. Cerré la puerta detrás de mí y me acerque obedeciéndolo.

-¿Cómo te sientes? - pregunto viéndome de reojo mientras servía otra taza dejándola frente a mí y cruzándose de brazos esperando mi respuesta.

-Bien.
Tome la taza y la dirigí a mis labios viendo como Reiji fruncía el ceño tomando apresuradamente la taza, quitándomela sintiendo el líquido rozar mis labios. Lo mire confundida observando como sus ojos se expandían de la sorpresa. De inmediato mis labios comenzaron a picar y a adormecerse.

-¿Qué te está pasando? - abrí los ojos mirando lentamente la taza asustada.

FLASHBACK

Matemáticas era una de las materias que más empeño tenía que ponerle por lo que dejarla al último nunca estaba en discusión. Requería tiempo y paciencia.

Busque por todos lados la libreta de ejercicios recordando de golpe donde la había dejado dirigiéndome rapidamente a aquel lugar.

Camine a la habitación de Reiji tratando de no ser vista al entrar al lugar. Entre una vez verifique estaba solo y cerré la puerta detrás de mí.

Observe la vitrina llena de vajillas y juegos de té frente a mí, acercándome casi como si fuera un imán, atraida por la bonita colección que poseia mi hermano.

-Lo siento Reiji. Olvide mi libreta aquí - explique una vez senti la presencia de él detras de mi.

-Ya veo, entonces no te importara tomarte una taza de té conmigo antes de irte - sugirió con una sonrisa.

-No, para nada.

Nos sentamos en el pequeño comedor de ahí mientras Reiji servía él té pasándomelo delicadamente una vez que estuvo listo. Sonreí al reconocer de inmediato aquel cosquilleante y casi imperceptible olor.

-Oh Reiji, buen intento - Reiji soltó una carcajada ocasionando que lo mirara mientras me servía otra taza esta vez libre de veneno.

-No esperaba menos de ti Rina - felicito con un deje de burla en su voz.

-Lo mismo digo - sonreí.

-Lo mismo digo - sonreí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Pequeña SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora