"He estado esperando por tanto tiempo,
para que algo llegara, para que el amor viniera,
ahora nuestros sueños se están convirtiendo en realidad
con los buenos tiempos y malos, sí, estaré ahí contigo".
"Heaven" – Bryan Adams (1985).
ALFRED:
Ha bastado una sola pregunta rancia de una periodista para que todo se vaya a la mierda, o al menos a mí me lo parece. Llevas dos semanas —exactamente el mismo tiempo que llevamos en México— tratando de actuar normal pero haciéndome preguntas que son de todo menos normales, te lo puedo asegurar. Que si has vuelto a ver a tu ex, que si tenéis amigos en común. Toda la curiosidad que nunca habías tenido sobre ella, te ha aparecido de repente, y me sorprende.
Yo sólo podía pensar que había que joderse con la periodista de los cojones. No tenía otro momento para preguntarme si había vuelto con mi ex, mientras yo guardaba silencio y te buscaba con la mirada, pero no te llegaba a encontrar. Me resultaba curioso que tú siempre evitabas hablar de ella en público cuando algún periodista te preguntaba, pero no tenías problemas en soltar aquella frase cuando te preguntaban qué tipo de relación teníamos entre los dos. "Lo que ves es lo que es", me gustaba escucharlo aunque me frustraba la distancia que en estas dos semanas se había dado entre nosotros, no te voy a mentir.
No puedo tildarte de distante, porque no lo estabas. Pero yo sabía que te inquietaba demasiado aquella pregunta aunque no me pidieras explicaciones y yo, en realidad, tenía miedo de que después de dártelas todo lo que había entre nosotros se hubiera ido definitivamente a la mierda. Otra vez el puto miedo. Me angustia, me atrapa, me cosifica. Y no soy capaz de desprenderme de él. Cierro los ojos en aquel camerino, intentando recordar la cara de mi madre, que me sonríe en esa ensoñación, pero no pronuncia una sola palabra que me ayude a tomar un rumbo concreto. Creo que vuelvo a dar tumbos, aunque no soy capaz de especificar hasta qué punto estoy perdido.
—Vivir es fácil con los ojos cerrados, ¿no?
Abro los ojos y me encuentro a Javier, sonriéndome. Es la primera vez que le veo con esa pose. Lleva un sobre entre las manos, y no entiendo nada porque lleva mi nombre. ¿Quizás unas fotos indiscretas? Me aterro todavía más. No estoy tan preparado para estar en el ojo público como yo creía, maldita sea.
—Toma —y me tiende el sobre—, lo vas a necesitar.
—¿Qué es?
—El próximo boleto premiado de la lotería nacional, no te jode —tu sentido del humor a veces me abruma, tengo que confesarlo—. No te hagas ilusiones, todavía no me he vuelto pitoniso... o algo así. Tendré que buscar conexión en el avión de vuelta a casa.
—No me has respondido.
—Tengo una copia para mi hermana así que te lo puedes quedar de recuerdo, solo te pido que lo abras mañana por la mañana, después de que yo me vaya. Es la única condición.
No entiendo qué hay en el sobre y por qué tanto secretismo sobre él. Pero sé que no te vas a quedar en simplemente darme un sobre. Sabes tan bien como yo que, aunque las cosas marchan, no lo hacen cómo deberían desde hace catorce días exactamente.
—Es especial...
—Está rara —te he captado a la primera—. Y todo por una pregunta.
ESTÁS LEYENDO
Aunque tú no lo sepas
FanfictionUn hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.