45.- This is me

1.9K 127 34
                                    

"Cuando las palabras afiladas quieran cortarme

les enviaré un diluvio, las ahogaré a todas

soy valiente, estoy herido, soy quién debo ser, este soy yo

cuidado, pues aquí vengo, vengo marchando

al ritmo de mis propios tambores, no tengo miedo de ser visto

no me disculpo, éste soy yo".

"This is me" – El Gran Showman (2017).

ALFREDO:

Cuando nos despedimos de ti en el aeropuerto en ya aquel lejano octubre del año pasado, me seguías pareciendo el mismo niño que cogí en brazos con mucho miedo por primera vez hace ya veintiún años. Y habías vuelto hecho todo un hombre. Centrado, con las ideas claras. Incluso al tío Toni le habías sorprendido gratamente, porque no estaba nada convencido que fueras a aceptar tan rápidamente la oferta que Amaia, por medio de su hermano, te había puesto encima de la mesa. Ni siquiera yo las tenía todas conmigo, no te puedo mentir.

Aun así, tu regreso me había devuelto un hijo más hecho. Menos niño y más hombre. Y, aunque me preocupara tener que reconocerlo, te percibo preocupado por algo que siempre me dices que no es importante, porque todo va a salir bien. ¿Quizás te estabas presionando demasiado con el disco? No, sabía por Amaia que estabas preparándote para tomarte mínimo una semana de descanso y luego retomar el trabajo en el estudio.

Hay cosas que, aunque quiera, no me pueden pasar desapercibidas, como que pareces un ente simbiótico con Amaia. Que no me molesta, porque entiendo que has encontrado a una mujer de bandera, pero tú nunca has sido lo que tú mismo definirías casi con toda seguridad como un baboso, alguien pegado a otra persona todo el día, no. Creo que nos estáis ocultando algo por más que tu madre y Javiera, la noche antes de volver a Barcelona, estuvieran seguras de que todo iba bien y sin nada que ocultar por parte de él. No, yo estaba seguro de que las cosas habían cambiado. No para mal, pero habían cambiado.

—¿Os importa si paso la noche aquí?

La pregunta de Amaia tampoco la entiendo. Cuando yo volvía de viaje con tu madre lo único que tenía ganas era de volver a mi casa, y ella parecía estar cada vez más alejada de la suya, aunque te soy sincero, con el casoplón que tiene yo también me sentiría un poco solo pasando la noche en ella sin nadie más. Tu madre asiente, mientras tú cargas con el equipaje de los dos. Y cierras la puerta después de desearnos buenas noches.

—A este niño le pasa algo, Chus.

Tu madre cierra la puerta de nuestra habitación y suspira. Como si la hubiera liberado de una carga con esa simple frase. En realidad, ni siquiera estoy seguro de si te pasa algo, pero pareces un chico totalmente distinto al que te fuiste. Me gusta pero estoy un poco asustado. ¿A qué viene tanto cambio?

—¿No te parece que está demasiado cambiado? —digo mientras me meto en la cama y miro al techo como si estuvieran escritas las respuestas.

—Alfredo, cariño, el niño ha sentado la cabeza. ¿No te gusta Amaia?

—Claro que no se trata de eso, es una chica... bueno, tú lo sabes tan bien como yo. Pero sé que hay algo que no está bien...

—¿Crees que le pasa algo?

La respuesta es simple. O le pasa algo o no le pasa nada. Pero no le puede medio pasar algo. No, aquí no puede existir la mitad de algo. O eso quiero creer. Creo que tú, cariño, también te has dado cuenta de algo y por eso has hecho esas preguntas tan enrevesadas sobre formar una familia, hacer planes de futuro y esas cosas en medio del camino y ellos te miraban sorprendidos desde los asientos traseros. ¿Quizás están pensando en casarse y no nos han dicho nada?

Aunque tú no lo sepasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora