"Debería estar prohibida tu mirada y tu forma de caminar,
has logrado que mi cuerpo y mi mente vayan ahora al mismo compás
ya no existe en este mundo la manera de separarme de ti
todo es bueno y perfecto, claro, si te quedas junto a mí".
"Sólo si es contigo" – Bombai y Bebe (2017).
ALFRED:
Vale, creo que ya sé lo que se siente cuando una parturienta te aprieta la mano. O eso me parece, porque cuando me miro los nudillos que tú estás dejando machacados están, totalmente, blancos. Sé lo que les quieres contar... bueno, lo que les queremos contar. Esto de hablar en plural me está gustando demasiado. Pero no, no se lo puedes soltar de golpe que sé que es lo que planeas hacer, así que decido interrumpirte.
—Lo que tenemos que contaros es que Amaia está mejorando mucho en la cocina... —digo para tratar de salir del paso mientras tiro de ti hacia la cocina— y esta noche va a hacer la cena.
Cuando cierro la puerta de la cocina, veo tu cara de enfado. No nos hacen ya falta palabras para entendernos, nos basta una sola mirada para entendernos. Y termino por reírme. Todavía te molesta más. Y lo entiendo, ahora que ya habías tomado carrerilla. Pero sé bien que para tu madre y para la mía no ha colado, creo que toda la familia sospecha algo, especialmente porque a estas horas seguro que ya ha saltado la liebre de dónde hemos estado esta tarde.
—Era el momento idóneo para decírselo —te apoyas en la encimera y tiras de mí hasta que quedo bien pegado a ti—. Además, si no se lo contamos nosotros terminarán por darse cuenta.
—Cuando se lo cuentes dejará de ser nuestro secreto...
—Claro porque si no se lo cuento lo podremos mantener en secreto hasta la primera comunión de la criatura —me dices irónicamente y sonriéndome.
—No sé si es el momento...
Claro que sé que lo vamos a tener que contar antes de que los hechos nos delaten, pero por ahora es nuestro secreto... y de tu abuela según me has dicho volviendo del médico, o eso he querido entender. Pero sé que nos está guardando bien el secreto. Reconozco que ahora me empiezan a entrar todos los miedos que no he tenido hasta ahora. Sé que cuando nuestras madres lo sepan, va a ser un suplicio. Las vamos a tener metidas en casa veinticuatro horas al día hasta que des a luz, ya lo estoy viendo. Y no hay cosa que más odie que la intromisión.
Ahora tú eres la tranquilidad y yo soy la tormenta. Y te noto preocupada. Sé que tienes miedo de que me descontrole y que todo lo que he avanzado en el tiempo que hemos estado fuera, en que nos hemos ido conociendo y que hemos decidido compartir futuro, se vaya al garete. No te lo voy a negar, yo también. Llevo varias noches teniendo un sueño onírico respecto de nuestra hija, sí, porque sueño solo con niñas. No sé por qué, pero sueño solo con niñas, parecidas a ti.
—Creo que mi madre sospecha algo —digo casi sin pensarlo.
—La mía también... —y te vuelves a morder las uñas—. Por eso es el momento adecuado. Son nuestra familia, sin secretos.
—¿Y si todo cambia?
Has entendido todo, no necesitas que especifique nada de la pregunta. Y eso es lo que verdaderamente me asusta. Que todo cambie tan rápido que no lo veamos venir, que nosotros vayamos a cambiar. Ya sé que tener un hijo te cambia la vida para siempre y que permaneces unido a la otra persona toda la vida, pero eso no es lo que me preocupa. Todo lo que hay alrededor me preocupa mucho más, demasiado. Empiezo a notar un cierto agobio.
ESTÁS LEYENDO
Aunque tú no lo sepas
FanfictionUn hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.
