Qué solo puedo verte si no te miro, que si no miro ciego estoy. En un vacío de ausencias se precipitan mis pensamientos. Desfilan sin rumbo hacia un precipicio sin final, hacia un laberinto sin salida. Me vale un instante para reconocer el infinito en tus ojos. Un reconocimiento olvidado en mi memoria. Con la presencia un retorno a la cordura que no quiero locura si no eres mi razón. Llama de amor que en el tiempo no perdura, si solo se abre por un momento el corazón.
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