Levantarse

2 0 0
                                    

Derrotado, pero no para siempre me siento acabado. El desaliento, pero aguardo una vez más que me lleve no se donde quiera el viento. Tristeza infinita, que no se apaga mi corazón si siento un latido más de vida a cada momento enciendo una vela. Roto por todas partes, aún si me recompongo, encajo la próxima pieza de un puzzle que no termina sino en la eterna sensación de una libertad absoluta. Cansado, de todo sin perder la vitalidad de las flores de un amanecer que espera que pase la noche oscura, para acariciar los rayos de un alba que nos sorprende en crepúsculo de sueños despiertos. Desgraciado con toda la gracia con la que se mueve el columpio, si lo impulsó una vez más. Confuso, pero no difuso. Concluso pero intruso una vez más en los paraísos prohibidos. Perdido, pero la luz en mi camino si veo como caminas, me inspiro. Absurdo con un punto de locura, pierdo la razón en todas partes sin control, si voy a vivir cada día sin más, me entrego sin más en un destino sin instrucciones. Soledad si mi sombra proyecta la oscuridad que me persigue, suelto el lastre que pesa para ser tan libre como un halcón, que cae empicado para capturar su alimento. Destruido, si me siento que me derrumbo, si levanto un templo donde pueda ser oración que se rece por la esperanza de un mundo mejor. Si el amor por primera vez, lo siento como lo último que haga en todas las cosas que haga con sentido. Enjaulado en una cárcel de mis prisiones, donde agrandó mi cautiverio hasta derrumbar los muros que se erigen dentro de mi. Desolado, si solo espero el amparo de cualquier abrazo, sin tan siquiera esperado me llenas de ternura sin avisar. Descontrolado, si soy un caos y un laberinto el orden en un corazón que ama el encuentro del orden y la justicia de la ternura, si soy un reo del amor que puedo hacer más . Destrozado, pero recompuesto si me tomo un café contigo de medianoche me despierto para soñar juntos. Fulminado como una araña fumigada, si en un resquicio de coraje me levanto con la fuerza de un cangrejo boca abajo. Humillado, si me pisan, dejan una huella de autenticidad de todo lo que soy con mis defectos impresos en la memoria del tiempo. Si me visita el dolor, prendo en tu pelo una flor. Si no se más que de amor. No pido siquiera compresión, ni que me escuchen, ni un poco de compasión. Si solo pido poder darte una vez más, una vez más... mi corazón. Me basta todo, sino dejo nada de mi.


Alberto Real Borrueco

El BarqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora