Santo

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Cautivo vivo
sin la libertad
que espero,
solo a una
dicha de amor
soy prisionero.
Es mi pena
que llevo la ausencia
de un amor
que no llega
y espero con paciencia.
¡Oh alma mía!
¿Por qué no contesta?
si reitero día y noche
esta protesta.
¡Oh alma mía!
¿Por qué no me escucha?
Si cansado estoy
de tanta lucha.
¡Oh alma mía!
¿Por qué no me tocas?
Si de amor se inflama
mi pecho de ternura,
invisible caricia
de hermosa locura.
¡Oh alma mía!
¿Por qué no puedo verlo?
Si al lado mio
esta siempre
sin yo saberlo.
¿Por qué no percibo perfume?
Si dentro de mi un jardín
de flores, deja el aroma
de sus amores.
¿Dónde estás que no te siento?
mira que me consumo
a fuego lento,
si no me acaricias
por dentro.
Alcanza pronto
mi centro
dulce presencia
de amor.
Apacigua este dolor
no tardes más
por favor.
¡Oh llama de amor!
Incendia mi pecho
con el fuego
sagrado de tu esencia.
¡Me muero sin ti!
dicta la sentencia
a cadena perpetua
de tu divina presencia.
Si mi destino
sin ti no quiero
dame la señal
que ya ni
siquiera espero.
Si en este mundo
me acabo durmiendo
sueña para despertarme
en tus ojos.
Que sólo deseo mirar
desde el balcón
donde asoma
el espíritu blanco
de la paloma.
¡No tardes tanto!
¡Escucha mi canto!
Ven pronto
Santo, santo.


Alberto Real Borrueco

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Alberto Real Borrueco

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