El marino y la sirena

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El canto
de las sirenas
arrastró su cuerpo
hasta la playa
del olvido.
Atado al mástil
de la coherencia,
rompió las cuerdas
para arrojarse
a aguas oscuras.
Seducido
por la belleza
de una melodía
y una atracción
irresistible
naufragó
aquél marino
que navegaba
en los corazones.
Irremediablemente
perdió
lo poco
que le quedaba
de cordura.
Canto de sirena...
Irresistible locura.  

Alberto Real Borrueco

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