Cuando seamos uno

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Vivimos pero no convivimos,
como islotes separados
por la desconfianza,
dejamos pasar la oportunidad
de formar todos
un gran continente.
Sin banderas, sin más lengua
que la que se expresa
en el silencio,
con una mirada
o una sonrisa cómplice.
Cuando el dolor de uno
sea el dolor de todos
y la alegría de uno
sea la alegría de todos,
empezaremos a comprender
el universo como un todo
sin divisiones, ni separatismos.
Una sola identidad
la que proclama
en libertad
el sentimiento
de unidad.

Una sola identidadla que proclamaen libertadel sentimientode unidad

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Alberto Real Borrueco

El BarqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora