Ingrávidos sus cuerpos vuelan hacia lo más alto por encima de grandes cumbres y cordilleras de los desencantos. Se pierden entre racimos de nubes sin la menor intención de explotar atraviesan la astmofera terrestre. Despacio se elevan hacia un campo de estrellas desperdigadas en el firmamento su destino en el corazón de alguna de ellas. En la estrella de sus sueños refulgentes brazos dan una luminosa bienvenida de un amor sideral. Subiendo hacia arriba dejando la pesadumbre debajo sus pies descalzos, inflados de ternura en tan liviana carga si el amor los impulsa a volar hacia la buena estrella de su destino. Dejaron de pisar el suelo como dos irracionales en una locura de amor despegaron si conversaban con silenciosas miradas, que los hacían flotar hacia las esferas de quizás universos paralelos. Su único objetivo la buena estrella de su destino. Sus cuerpos inertes se levantan más allá de los misterios de la vida y la muerte en un vuelo de enamorados. Nada les puede afectar en tan dichosa aventura espacial si apenas ya los pueden divisar desde el suelo, observadores impavidos por tan hermoso vuelo. Son sus almas a merced del viento que suben hacia arriba si se miran desde sus adentros. Mágicas presencias iluminan el cielo de hermosa noche embrujada, dos mariposas después de experimentar una metamorfosis apuntó de correr un velo. Noche de amor en la que se fueron en busca de la buena estrella de su destino.
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