Paz interior

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Cómo el día y la noche.
Cómo la vida y la muerte.
El paso por este planeta
es tan breve como efímero.
Cómo el resplandor
de una estrella fugaz
que brilla por unos instantes
en el cielo de la noche.
Cómo la gota de rocío
que se desvanece
en la mañana.
El tiempo se escapa
por las rendijas
de la eternidad.
Por eso no importa
tanto cuanto se viva,
sino como se viva.
Es la intensidad
de un instante
lo que nunca perece.
Detener las oleadas
de pensamiento
para sentir el océano
de paz que se extiende
sereno en el alma.
Cuando las aguas
turbulentas se calman,
se tornan translúcidas
y eclosiona
lo mejor de nosotros.
Ni con todo el dinero
del mundo se puede
comprar la paz interior.
De que sirve correr
de un lado para otro,
si la felicidad
no se encuentra
en ninguna parte,
salvo en la conciencia
del que ama de verdad.
Para que anclarse
en recuerdos del pasado
y para que planificar
un futuro impredecible.
Todo pasa en un momento
y luego no sabemos
dónde vamos,
aunque tengamos
alguna intuición.
Por eso ahora
es siempre
y siempre es ahora.
Aprovechemos la ocasión.

 Aprovechemos la ocasión

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Alberto Real Borrueco

El BarqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora