Cautivo vivo sin la libertad que espero, solo a una dicha de amor soy prisionero. Es mi pena que llevo la ausencia de un amor que no llega y espero con paciencia. ¡Oh alma mía! ¿Por qué no contesta? si reitero día y noche esta protesta. ¡Oh alma mía! ¿Por qué no me escucha? Si cansado estoy de tanta lucha. ¡Oh alma mía! ¿Por qué no me tocas? Si de amor se inflama mi pecho de ternura, invisible caricia de hermosa locura. ¡Oh alma mía! ¿Por qué no puedo verlo? Si al lado mio esta siempre sin yo saberlo. ¿Por qué no percibo perfume? Si dentro de mi un jardín de flores, deja el aroma de sus amores. ¿Dónde estás que no te siento? mira que me consumo a fuego lento, si no me acaricias por dentro. Alcanza pronto mi centro dulce presencia de amor. Apacigua este dolor no tardes más por favor. ¡Oh llama de amor! Incendia mi pecho con el fuego sagrado de tu esencia. ¡Me muero sin ti! dicta la sentencia a cadena perpetua de tu divina presencia. Si mi destino sin ti no quiero dame la señal que ya ni siquiera espero. Si en este mundo me acabo durmiendo sueñame para despertarme en tus ojos. Que sólo deseo mirar desde el balcón donde asoma el espíritu blanco de la paloma. ¡No tardes tanto! ¡Escucha mi canto! Ven pronto Santo, santo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.