Una noche de madrugada

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Una noche de madrugada
en completa soledad,
sentí mi alma asolada
por un sueño
del que no despertaba.
Aún mis ojos abiertos
hasta la misma alborada
dormía anestesiado
en un vacío, si asomaba
a un pozo profundo
dentro de mi.
Era tan grande
está herida de amor
que no había consuelo
para tanto dolor.
En un instante infinito
sentí que me elevaba
al entrar por la puerta
de mi morada
al Amor que me visitaba.
Paso dentro de mi
estando dentro
que surgió una luz
de mi pecho
justo en el centro.
Mi alma quedó prendada
cuando me acaricio
un viento de madrugada
dichosa presencia enamorada.
Mi corazón oraba
cuando el cielo se abrió
en la tierra y caí en sus brazos
invisibles que sostenían
los cimientos de la razón
para no volverme loco.
Una noche de amor
pude ver su rostro intangible
la mirada apacible
que colmó de paz todo mi ser.
Un misterio amoroso
si me entregó
a su amor hermoso
el secreto escondido
del tesoro de la esencia.
No es otro que el retorno
a la divina inocencia
que espero a un niño
con ojos de sol
con toda paciencia.
Más allá de toda ciencia.


Alberto Real Borrueco

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Alberto Real Borrueco

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