La amistad es empatía, una fuerza misteriosa que atrae a las personas entre si con la fuerza de los imanes. Un gesto, una palabra, una sonrisa puede servir de puerta para entrar en el alma que se hace cómplice en esta experiencia que se llama vida. La amistad es entrega, amor sin condiciones, es perdonar olvidando, es recuperar lo que se pierde cuando hay un desencuentro. Se riega como a una planta todos los días, aunque no este presente el amigo que se lleva en el corazón durante su ausencia y se busca espacio en el tiempo, para que tome presencia. Con un amigo se piensa en voz alta, se escucha y se comprende. Se ríe y se llora, no existen máscaras cuando la amistad es sincera. La amistad es acogedora, maravillosa cuando se comparten gustos afines y se respeta cuando lo que llama la atención del otro son cosas distintas. No hay mejor amigo que el que habita en nosotros mismo, porque es más fácil confiar en los otros cuando lo hacemos con nosotros. Afortunado soy de mantener un lazo invisible con muchos corazones, pues muchos estáis en mi y yo un poco en cada uno de vosotros.
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