CASUALIDAD

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Amanecí tirado en la alfombra, con dolor en mis puños, un dolor de cabeza terrible y recuerdos difusos de lo que había sucedido la noche anterior, tal parecía que me hubiera embriagado pero de dolor y de pena.

Miré mi teléfono y era ya la una de la tarde, la verdad es que también lo miré con la esperanza de poder saber algo de JiMin, aunque anoche cuando se fue dije que ya no lo buscaría más y que si él me llamaba no iba a responderle la realidad es que lo necesitaba demasiado.

Debo admitir que me dolió y me decepcionó ver que ni siquiera había intentado buscarme. Pero a pesar de estar hecho mierda me dispuse a no dejarme caer, aunque los recuerdos del menor inundaban mi mente sabía que no debía buscarlo.

Decidí salir a comer yo solo ya que estar en esa casa donde había recuerdos en cada rincón me era muy doloroso, tampoco quería ir con Taehyung, aunque era mi único "amigo" tal vez ya no podía considerarlo como tal porque yo había rebasado esa línea el día anterior.

Me di una ducha fría como siempre, el frío siempre me ayudaba a calmar mis pensamientos, me vestí con lo primero que encontré, tomé las llaves de mi auto y salí a buscar un restaurante, conduje durante un buen rato, quería distraerme manejando y yendo lo más lejos posible de todo.

Durante mi viaje pasé por el psiquiátrico y recordé a mi pobre madre ¿Estaría bien? Yo no la había visitado desde que ingresó a ese terrible lugar. Pensé en parar ahí y visitarla... pero luego recordé sus hirientes palabras y el rencor se apoderó de mi pecho.

Así que di la vuelta y seguí mi camino hacia ningún lugar. Por fin después de mucho conducir divisé un restaurante de comida rápida. Estacioné mi auto y bajé de él. Me formé en la corta fila para ordenar y pedí un combo de hamburguesa con papas.

Me fui a sentar en una de las mesas a esperar mi pedido mientras miraba en mi celular la galería llena de imágenes de JiMin.

— ¿YoonGi?... ¿Eres tú? — Una voz de mujer hizo que despegara mi vista y mi mente del celular. Miré a la chica y me sorprendí, era Nayeon, la única chica con la que había estado. —

— ¿Nayeon? Wooow

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— ¿Nayeon? Wooow... ¿Que haces aquí? — Nosotros teníamos una buena relación que tal vez pudo haber prosperado si ella no se hubiera ido a vivir a china con su familia. Pero al parecer era obvio que estaba de nuevo en Corea. —

— Pues... estoy viviendo en Corea, tengo un buen trabajo aquí... vine a comer con unas amigas, te vi y supe que eras tú... no has cambiado nada, bueno solo en que estás más guapo. — Dijo sonriendo y sonrojándose un poco. —

— Gracias. — Contesté con una risa ladina pero un poco falsa ya que a mi me daba igual que ella pensara en si era guapo o feo. —

— ¿Quisieras... venir a sentarte con nosotras? 

— Mmmm... no gracias, no quiero ser grosero pero me resulta un poco incómodo estar entre personas que no conozco. — Dije tratando de no sonar arrogante. —

— Oh, ya veo... — Dijo un poco decepcionada. — ¿Estás solo? —

— Si. — Contesté un poco apenado. — 

— ¿Puedo sentarme... contigo? — Esa pregunta me sorprendió. —

— Claro adelante... pero ¿Que hay de tus amigas? ¿Las dejarás solas?

— Ellas estarán bien sin mi, quiero que nos pongamos al tanto de las novedades en nuestras vidas. En verdad me alegro de haberte encontrado, no me imaginé que volvería a verte.

—Si, yo tampoco pensé verte de nuevo.

— Bueno cuéntame ¿Como has estado? ¿A que te dedicas? ¿Cómo está tu familia? — Preguntaba expectante con esa sonrisa de conejita tan tierna que siempre había tenido. —

— Pues me va bien. — No podía decirle a Nayeon que había dejado la escuela, que no podía conseguir un trabajo y que era un bueno para nada. — Tengo un trabajo en... una fábrica. Y sobre mi familia. — Mi expresión se puso totalmente seria. — Mi hermano falleció hace 3 meses. —

— Oh cielos, lo siento tanto. — Dijo agachando la cabeza. — ¿Estás bien? —

— Si... en el momento fue muy doloroso pero ya estoy mejor.

— Que bueno, me da gusto saber que lo estás llevando bien.

Al fin llegaron con mi pedido y con el de Nayeon, sus amigas nos miraban con suma atención lo cual me resultaba muy incómodo, no es que no me gustara estar con ella ya que era muy agradable pero había salido a buscar claridad y soledad y ahora estaba allí acompañado y siendo observado.

Seguimos platicando de su vida, ya que yo trataba de reservarme la mía porque no quería contarle casi nada, ni mi falta de estudios, mi drogadicción, mi relación fallida con JiMin. En fin nada, mi vida no era precisamente digna de contarse en una charla casual. 

Terminamos de comer y a mi ya me urgía irme de allí. 

— Bueno Nayeon fue un placer verte otra vez. Pero tengo que irme, tengo un compromiso. — Inventé para escapar. —

— Si claro entiendo. Oye... ¿Puedo hacerte una pregunta un poco personal?

 — Si dime.

— Tú... ¿Estás saliendo con alguien? 

— Mmmm... no. — Dudé en contestar. —

— Es que... lo digo por las marcas de tu cuello. — Maldito Taehyung, de nuevo exponiendome y avergonzandome. Había olvidado las mismas marcas que habían herido a JiMin. Eso me ganaba por salir sin verme al espejo. Me puse totalmente rojo de la pena. —

— Ah.. eso... bueno... yo... — No sabía que decirle. —

— Tranquilo, no tienes porque darme explicaciones. Pero si no estás saliendo con nadie... ¿podrías darme tu número? Ya sabes para no perder contacto de nuevo. Quiero ser muy directa YoonGi, no he dejado de pensar en ti nunca, creo que tal vez lo nuestro pudo haber sido algo duradero. Y si existe la posibilidad quisiera que lo intentáramos de nuevo. — Me quedé helado con su confesión. ¿Como podría decirle que yo ya no sentía nada por ella? —

— Mmm, si claro puedo darte mi número y me llamas... aunque no sé si tenga mucho tiempo para salir, usualmente estoy bastante ocupado. — Le pasé mi teléfono por compromiso —

Nos despedimos y salí del restaurante, subí a mi carro y me quedé pensando. ¿Acaso todos se habían puesto de acuerdo? Primero Taehyung, ahora Nayeon pero yo solo quería estar con JiMin.




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