CONSUELO

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Al día siguiente de la muerte de mi hermano, aún con todo el dolor en mi corazón fui a ver a mi madre. Los doctores me explicaron que los cortes en sus muñecas habían sido muy profundos llegando a cortarse no solo las venas, sino también tendones.

A ella no solo le habían cosido las muñecas como a mi, ella había necesitado cirugía de reconstrucción para volver a unir esos tendones cortados, y aún así perdería mucha de la movilidad en sus manos.

Esta noticia era devastadora, además nosotros no teníamos tanto dinero para pagar el entierro de Junki, la cirugía de mi madre y además el auto con el que mi hermano chocó llevaba a varios pasajeros, los cuales habían sufrido daños y exigían también que se les remunerara.

Lo único que se me ocurrió en ese momento fue vender los pocos muebles que ya tenía en mi nuevo apartamento al cual supuestamente me mudaría con JiMin. Así que hablé con el dueño del apartamento y le expliqué la situación.

Afortunadamente él era una buena persona y accedió a regresarme el dinero que ya le había dado yo de alquiler, ya que yo no había vivido allí ni un día. Sin pensarlo vendí todos los muebles también, completando así a duras penas junto con el dinero que ya tenía mi padre para poder cubrir los gastos de todo.

Al ver que todos mis planes se deshacían no pude evitar llorar y sentirme miserable, además de que había llamado como 100 veces a JiMin y no había atendido el teléfono. En este momento lo necesitaba más que nunca y no estaba a mi lado.

Desesperado decidí ir a buscarlo a su casa en el auto, necesitaba verlo, necesitaba su apoyo y sentir sus brazos y sus labios consolándome.

Me monté en el coche y comencé a manejar hacia su casa. En el camino seguí llamándolo para avisarle que iba para allá pero de nuevo no contestó.

Giré en la esquina que llevaba justo a su casa y lo que vi me dejó totalmente atónito y sin palabras. JiMin, abrazado de Hoseok con todo el cariño del mundo. Sonriendo tranquilamente mientas yo agonizaba en soledad, mientras me preocupaba que algo le pudiera haber sucedido él se paseaba muy abrazado de ese que llamaba "inútil drogadicto".

 Sonriendo tranquilamente mientas yo agonizaba en soledad, mientras me preocupaba que algo le pudiera haber sucedido él se paseaba muy abrazado de ese que llamaba "inútil drogadicto"

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Paré el auto en seco haciendo que las llantas rechinaran. Salí del carro hecho una fiera y me dirigí directo a ellos. Al verme ambos hicieron cara de sorpresa, JiMin soltó a Hoseok y enseguida se puso frente a él para protegerlo ya que sabía que de seguro iba a golpearlo.

— ¿¡Que putas es esto JiMin!? ¿¡Que haces con este idiota!? — Grité y le di un fuerte empujón. —

— No es lo que piensas, solo somos amigos...

— Amigos... claro que si... te la pasas diciendo que son unos buenos para nada, que me aleje de ellos y mil cosas más, pero ahora resulta que es tu amigo.

— Tranquilo, no pasó nada hermano. — Dijo Hoseok tratando de calmarme. —

— No te atrevas a decirme hermano de nuevo imbécil o voy a matarte a golpes, lo juro.

— Hyung... de verdad no pasa absolutamente nada, no veas cosas donde no las hay. —

— ¿Donde está tu puto celular? ¿Porque no contestas? Te estoy llamando desde la mañana. — Dije aún alterado y mirando a Hoseok con ojos de pistola. —

— Oh hyung, está en silencio y lo dejé en casa no lo he revisado... de verdad lo siento. — Dijo poniendo la carita más inocente que pudiera existir. —

— Mira idiota. — Dije empujando a un lado a JiMin y tomando por el cuello a Hoseok — No vuelvas a acercarte a JiMin, es mío ¿entiendes? Si vuelvo a verte si quiera cerca de él voy a matarte. —

— Él es el que anda buscando que le den pene y pues dime tú hermano ¿Quién puede resistirse a ese rico culito que tiene? — Alegó cinicamente. —

Me abalancé sobre él golpeándolo tan duro como podía, aunque había podido dejar inconscientes fácilmente al chico de la escuela y a JungKook, con Hoseok la historia era diferente, él prácticamente era un tipo de barrio, se había enredado en muchas peleas muchas veces, y lo hacía bastante bien.

Empezamos a forcejear y Hoseok me dio una patada en las piernas, haciendo que cayera al suelo. Ya estando tirado me pateó las costillas varias veces, yo intentaba incorporarme de nuevo pero me era imposible, no dejaba de recibir golpes por todas partes. Giré mi cabeza y pude ver una botella de vidrio a mi lado.

Sin pensarlo la tomé, jalé a Hoseok de la camisa acercando su cara a mi y en un solo movimiento le di un botellazo en la cabeza, ocasionando que esta se rompiera. Eso bastó para que él se alejara de mi.

Pensé que se desmayaría o algo, pero vaya sorpresa, eso es otra cosa falsa de las películas. Al parecer había sido doloroso ya que se sobaba en el lugar del golpe pero no cayó en ningún momento.

Sin pensarlo más y antes de que reaccionara y viniera a por mi agarré a JiMin de la muñeca y lo obligué a subir al auto, Yo hice lo mismo y nos fuimos rápidamente de allí.

— Hyung tranquilo ve más despacio... estás muy alterado. — Decía el menor con miedo en su voz. —

— Oh claro que no pequeño, no permitiré que seas de nadie más, mejor vamos a morir juntos en este instante ¿Que te parece? 

— Por favor YoonGi... baja la velocidad, en serio me estas asustando. — Para ese punto el menor ya derramaba lágrimas. — Yo no quiero morir. —

— Si no puedo tenerte nadie lo hará ¿Entiendes?

— Hyung.... yo te amo, soy completamente tuyo y de nadie más. — Decía entre sollozos. —

Frené el auto en seco después de haber recorrido una buena distancia, solo agaché la cabeza, la pegué al volante y rompí en llanto ahí mismo. El menor me rodeó con sus brazos y acarició mi cabello consolándome.

— Jiminnie.... Min Junki está muerto. — Dije entre gritos y llanto. —

— ¿¡Queee!? Hyung... no puedo creerlo.

— Él...se accidentó en su coche, ayer en la madrugada... es por eso que trataba de localizarte.

— Lo siento, de verdad no tenía idea... — Me dijo boquiabierto. — Tranquilo sabes que estoy para ti siempre. — Susurró mientras me rodeaba con sus cálidos brazos.

Algo dentro de mi me decía que JiMin mentía y que no estaría para mi siempre como él decía, después de lo que creía haber visto con Hoseok ya no podía creer tan fácilmente en él. Pero dadas las circunstancias no quería pelear más ni averiguar si en verdad él me había sido infiel, no quería nada excepto sus brazos y su consuelo. Ahora lo necesitaba más que nunca.



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