TRANQUILIDAD

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Después de aquella plática con JiMin realmente no sabía que debía hacer, quizás no debía abandonar el centro ¿Para qué? ¿Para estar sólo? Pero tampoco podía echarme para atrás con mi decisión, si no lo hacía ahora, no sabía hasta cuando tendría la oportunidad de salir nuevamente.

Esa semana transcurrió con normalidad, lo único que me preocupaba era Taehyung, él y yo estábamos muy distanciados y nos hablábamos sólo para lo necesario.

Yo no quería irme de allí en esas condiciones, no podía irme tranquilo sabiendo que él y yo no estábamos bien, necesitabamos aclarar las cosas.

Era un día jueves, el viernes en la tarde saldría de aquel lugar y al fin sería libre, decidí tragarme mi orgullo e ir a hablar con Taehyung para quedar en buenos términos, después de todo el había sido un excelente amigo conmigo y siempre me había apoyado.

Me encontraba esperándolo en el comedor, pero él no aparecía, decidí ir a la habitación, seguro que allí era donde se encontraba, además podía aprovechar que los demás estaban comiendo para que no nos interrumpieran ni tampoco escucharan nuestra charla.

Me dirigí a la habitación y abrí la puerta, pero lo que vi me dejó totalmente atónito. Efectivamente, encontré a Taehyung, pero no estaba sólo, sino que entré en el momento justo en el que Minhyuk, el chico nuevo, le hacía sexo oral.

— Yo... Lo siento. — Fue todo lo que pude decir. —

Al verme entrar el chico se levantó del suelo rápidamente y Taehyung sólo se tapó con la mano, que evidentemente no le cubría nada.

— Esto... No es lo que crees, puedo explicarlo. — Dijo Minhyuk totalmente rojo. —

— No, no hay nada que explicar, discúlpenme, no debí entrar así, pero bueno... Yo jamás me imaginé que ustedes estarían haciendo... esto.

— Y bueno, ya que nos interrumpiste ¿Puedes decirme a que carajos has venido? — Dijo Taehyung con molestia mientras se acomodaba el pantalón. —

— Estoy aquí porque necesito hablar contigo.

— No hay nada que hablar, creo que está más que claro que has tomado una decisión, siempre escogiendo a JiMin.

— Bueno, yo los dejo solos para que hablen. — Minhyuk salió de la habitación. —

— Tae... Por favor, debes entenderme, estoy harto de estar aquí.

— Al igual que yo, pero jamás habría hecho esto que tú estás haciendo, aunque me hubiesen dado el alta, no me hubiera ido sin ti... Pero como siempre, tengo la maldita costumbre de esperar que las personas hagan por mi lo mismo que yo haría por ellos. No digas más Yoongi y sólo lárgate con tu pequeño enano mentiroso.

— No me hagas esto Tae, nosotros somos hermanos ¿recuerdas? Tú eres más que mi amigo, no puedo irme y dejarte molesto aquí.

— ¿Hacerte que? Tú eres quien me está abandonando, eso no es lo que hace un hermano, ahora me doy cuenta que en realidad tú y yo jamás lo fuimos.

— Por favor... — Mis lágrimas empezaron a salir, me sentía muy culpable y cada palabra que salía de la boca de Taehyung se sentía como una puñalada. — No quiero perderte Tae. —

— Yoongi... — Suspiró. — Tú puedes hacer lo que quieras, en verdad, si lo que quieres es irte de aquí entonces hazlo. —

— Pero no quiero dejarte, no así.

— Escucha, voy a decirte la verdad, para mi el problema no es que te vayas, si crees que afuera estarás mejor yo te apoyo, es más, incluso me hace feliz que te den el alta... Pero el maldito problema es JiMin, y esta vez no te lo digo como pretendiente celoso, sino como amigo. Sé que quieres salir para estar con él, pero no te conviene... Ese chico no te va a llevar a nada bueno, y a mí me duele ver como echas tu vida a la basura por una persona que no vale nada, y lo más importante... que no te ama.

— ¿Tú cómo sabes que no me ama? — Repliqué. — Te entiendo y aprecio que te preocupes por mi, pero tú no conoces sus sentimientos. —

— ¿Sentimientos? Yoongi, él no tiene tales cosas, dudo que siquiera sepa lo que es eso.

— Está bien, parte de mis ganas de salir es por estar con JiMin, pero también quiero ser libre, quiero ir a visitar a mi hermano y a mi padre al cementerio, ir a ver a mi madre al psiquiátrico, tengo una vida allá afuera, una horrible... Pero al menos la tengo. Necesito salir de aquí, me estoy volviendo loco.

— ¿Sabes lo mucho que te quiero? — Me dio un abrazo. — Eres un tonto, pero si quieres irte no puedo detenerte, sólo espero que no la estés cagando, no quiero verte mal. —

— Entonces... Me das tu "bendición." — Le sonreí. —

— Sí, vete tranquilo, yo voy a estar bien. — Me palmeó la espalda. —

— Ya lo creo que estarás muy bien, con tu nueva presa cuidando de ti.

— Cállate tarado. — Se echó a reír. — Bueno la verdad todo ocurrió muy rápido entre él y yo, pero creo que en verdad me gusta. —

— Ay Taehyung, me gustaría creerte pero tú eres un promiscuo de primera.

— No, bueno sí. — dijo mostrando su cuadrada sonrisa, de verdad que iba a extrañar cada gesto de él. — pero esta vez es diferente, no sólo quiero follármelo, sino también darle amor.

— Cielos, eso sí que me sorprende, tú queriendo darle amor a alguien... Eso no se ve todos los días.

— Es que congeniamos muy bien, él me entiende y yo lo entiendo, él me apoya y yo lo apoyo... Contra la cama, la mesa, la pared y dónde se pueda. — dijo bromeando. —

— Eres un cerdo. — reí ante su comentario. — Voy a extrañarte Tae, de verdad que sí, estoy tan acostumbrado a verte a diario, que cuando no pueda hacerlo me sentiré realmente triste. — Agaché la mirada que tenía ya cristalizada, a punto de dejar salir mis lágrimas. — Pero me alegra saber que ahora tienes a alguien, sobretodo saber que es alguien por quien tienes sentimientos verdaderos. —

— Hermano... — Tae ya empezaba a derramar lágrimas. — Aunque tenga a alguien, nunca nadie va a llenar el vacío que tú me vas a dejar en el corazón, pero te deseo lo mejor, deseo que puedas encontrar la felicidad allá afuera... — Se limpió las lágrimas. —

— No llores, yo prometo que vendré a visitarte, no perderemos contacto. — Le sonreí tragando saliva para contener mis ganas de llorar, no quería hacer más triste aquella charla. —

Me sentí felíz y en calma, al saber que las cosas entre nosotros se habían arreglado, al fin podía tener paz mental e irme sin ninguna preocupación.

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