Habían pasado ya cinco días desde que estaba en aislamiento, lo sabía porque ese era el número de visitas que había recibido por parte del doctor Namjoon. Ya casi no pensaba en nada, solo me dedicaba a ver las paredes, el techo, y ponerme a soñar despierto.
Imaginaba que veía a Junki, otras veces que mi madre y mi padre llegaban y me daban un abrazo, también fantaseaba con salir de ahí e ir al jardín, ver la luz del sol y sentir el calor en mi piel, aún si la quemaba por su intensidad.
No es que mi mente estuviera tranquila, más bien estaba como adormecida, realmente el aislamiento era un cruel castigo, te llevaba casi a la locura y te hacía pensar en cosas que normalmente ni te planteabas.
Me quedé dormido y tuve un sueño bastante extraño y peculiar. Yo sentía que era pequeño, pero no podía verme a mi mismo, era un sueño en primera persona. Miraba a una mujer de cabello azabache, muy joven y con piel de leche tal y como la mía.
Ella estaba sentada en un sofá tomando alcohol, podía ver varias pastillas pero no eran medicina, parecían ser drogas, en el aire se podía olfatear un penetrante aroma a cigarrillos, un hombre estaba a su lado y la toqueteaba de manera sexual, mientras que yo me escondía debajo de una mesita, la miraba con miedo, temía que se percatara de mi presencia. Intentaba huir y salir de ahí, pero siendo un niño no era muy sigiloso.
Cuando me vio se lanzó sobre mi, ella me golpeó varias veces en la cara, luego me tomó por los cabellos y me arrastró hasta la habitación. Mientras podía escuchar a un bebé llorar muy fuerte. Cerró la puerta de golpe y me gritó "Y quédate ahí, a mami no le gusta que arruines su diversión."
Desperté agitado y sudando frío, en realidad ese sueño había sido muy realista, aún despierto tenía esa sensación de que en verdad había sucedido. Me toqué la cara para poder aliviar el dolor que me habían causado las cachetadas de aquella mujer en ese sueño.
Pero a diferencia de cualquier pesadilla, ya no pude volver a dormir. Tenía miedo, sé que suena ridículo, un hombre de casi 22 años asustado por un sueño. Pero era más que eso, podía sentir como si eso en realidad me hubiese sucedido. Además de estar casi seguro de conocer a la mujer, tal vez la vi en la calle alguna vez.
Ese sentimiento de miedo me invadió por completo, mi corazón empezó a acelerarse súbitamente, intentaba respirar pero me faltaba el aire, sentía que mis pulmones iban a colapsar, miré a mi alrededor y vi como las paredes de aquel minúsculo cuarto se hacían todavía más pequeñas, se estaban cerrando, dejándome atrapado adentro.
Me paré de la cama y corrí hacia la puerta de metal, la golpeé con todas mis fuerzas, grité pidiendo auxilio, agotando así el poco aire que quedaba en mi caja torácica. Sentía que iba a morir, estaba claro, ese sería mi último aliento.
Escuché unos pasos acercarse a la puerta y me ensordecí. Ya no escuché más, caí al suelo y de nuevo todo estaba en negro. Me desmayé.
Lentamente abrí mis ojos y vi que me encontraba en la enfermería, me senté en la camilla y miré a Nayeon, al ver que desperté fue rápidamente hacia mi.
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DEPRESSED
Fiksi PenggemarMis muñecas sangraban, lentamente iba perdiendo la noción del tiempo y espacio. Sentía que mi alma salía por aquellas cortadas, y poco a poco, mi dolor mental fue desapareciendo. Iba a morir, jamás había estado tan feliz antes, sabía que ya no iba a...