INTERRUPCIÓN

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Al abrir los ojos de nuevo ya era de día, miré hacia la cama en la que la noche anterior se había llevado a cabo aquella faena. Pero ahora se encontraba solamente Holland dormido en total tranquilidad, hasta llegué a dudar si es que en verdad aquello había sucedido, o quizás solo había sido obra de mi retorcida mente.

Bajé de la litera y tomé una toalla, me dirigí al baño para tomar una ducha. Abrí la llave del agua, me quité la ropa y me metí a la regadera. Estuve un rato debajo de el cálido chorro de agua después de tallarme. Salí y me sequé, pero entonces fue cuando me di cuenta de que había olvidado algo muy importante... La ropa.

Olvidé tomar ropa limpia del cuarto, pensé en ponerme la sucia que tenía puesta anteriormente pero olía realmente mal, no quería ensuciar mi cuerpo recién lavado así que decidí solamente envolverme en la toalla por la cintura y salir así, era temprano y a esa hora el centro estaba casi vacío pues todos seguían durmiendo, así que me arriesgué.

Me puse la toalla en la cintura, abrí la puerta, saqué la cabeza y miré hacia ambos lados para cerciorarme que no hubiera gente en el pasillo.

El camino hasta mi cuarto era algo largo pero al parecer no había nadie.

Salí del baño dispuesto a llegar lo más pronto posible a la habitación, casi iba a medio camino y todo estaba tranquilo, hasta que... De pronto dieron vuelta tres chicos.

Se trataba de Jin, otro de los asistentes y un chico que no había visto antes, venian justo hacia mí.

Sentí una tremenda vergüenza y no supe que hacer. Estaba demasiado lejos del baño como para regresar, y tampoco podía correr hacia mi habitación directo hacia ellos.

Miré desesperado los alrededores, buscando un lugar para esconderme. Traté de abrir las puertas que se encontraban a mi lado. Las primeras dos estaban cerradas con llave, pero para mi buena suerte la tercera estaba abierta.

Entré rápidamente y la cerré, me recargué en la puerta y sentí un tremendo alivio. Hasta que escuché una voz que hizo que me pusiera amarillo del susto.

- ¿Yoongi?

La única puerta que estaba abierta y en la cual había entrado era la oficina del doctor Nam.

- Doc... - Dije ruborizado, mi pálida cara estaba completamente roja. -

- ¿Que sucede? Estas... Casi desnudo. - Dijo acercándose a mi. -

- Bueno... Es que.... - Estaba muy nervioso. - Yo... Estaba bañándome y olvidé mi ropa en la habitación. - Agaché la mirada. -

El doctor se echó a reír, lo cual me causó aún más vergüenza de la que ya tenía.

- Creo que debes ser más cuidadoso, mira en que situación te encuentras ahora. - Me miró de arriba a abajo, como escaneando cada parte de mi lechosa anatomía. -

- Si... Estaba a punto de volver a la habitación... Pero hay personas en el pasillo.

- Tranquilo, puedes permanecer aquí hasta que se vayan. Siéntate.
- Dijo señalando el diván. -

Me acerqué para sentarme en el lugar que él me había indicado, pero al pasar por la esquina del escritorio mi toalla se atoró, sin darme cuenta di otro paso hasta que sentí como caía de mi cuerpo dejándome completamente desnudo.

En seguida quise recogerla pero con los nervios y la vergüenza no me fue nada fácil hacerlo a la primera.

Al fin la puse de nuevo en mi cintura y miré al doctor, sus ojos tenían una mirada de lujuria y pude ver que se había formado una erección en sus pantalones.

Se acercó a mi y violentamente me besó, tomándome del cuello y acorralándome contra el escritorio.

Yo no quería que esto sucediera... O sí? Respondí al beso sin siquiera pensarlo, él introdujo su lengua en mi boca y eso hizo que yo me excitara inevitablemente.

Seguimos el apasionado beso y la guerra de lenguas sin parar ni siquiera para tomar aire.

Los labios carnosos del doctor se sentían jodidamente bien, tanto que los mordí fuertemente, él solo gimió y me empujó aún mas fuerte contra el escritorio.

Sentía como la madera se clavaba en mi espalda, pero no me importaba, sólo quería que aquello siguiera.

Me quitó la toalla haciéndola caer al piso, tomó mi miembro entre sus manos y lo masajeó haciendo que se pusiera aún mas duro al contacto con sus grandes manos.

Comenzó a masturbarme y a bajar hacia mi cuello, allí lo mordió y beso de una manera salvaje.

Yo empecé a soltar leves gemidos, estaba muy caliente por lo que el doctor hacía, ese hombre sabía perfectamente como ponerme al mil.

- Espere... - Dije en un intento de resistirme, lo deseaba pero a la vez sentía que eso estaba completamente mal. -

- ¿Que pasa Yoongi...? - Dijo agitado por la excitación. - ¿Acaso no lo deseas? Si es así pararemos ahora mismo. -

- Yo... - No sabía que decir, no quería que él se detuviera, pero tampoco quería confesarle que lo deseaba demasiado. -

- No dudes Yoongi... Sólo dime lo que quieres. ¿Quieres esto? - Dijo tocando su gran miembro erecto por encima del pantalón. - Dímelo... Dime lo que deseas. -

- Sí... - Dije sin poder contener mi excitación. - Lo quiero... Lo deseo demasiado. -

- Excelente. - Me lanzó una sonrisa que me causó escalofríos.- Porque es lo que yo he deseado durante mucho tiempo. - Dijo mientras se desabrochaba el pantalón y sacaba su miembro completamente duro. -

Volvió a acercarse a mi y siguió besándome intensamente, una de sus manos se deslizó por mi espalda hasta llegar a mi trasero mientras que con la otra apretaba mi cuello hasta dejarme casi sin aire, haciendo así que tuviera que abrir más la boca para respirar.

Acarició mi trasero y luego me dio una fuerte nalgada que hizo que me sobresaltara y lo apretó muy fuerte, era deliciosamente doloroso.

- Bien Yoongi... Sé que te gusta ser sumiso... Y a mi... Pues a mi me encanta dominar así que... Creo que hacemos una pareja perfecta. - Dijo tomándome por la mandíbula y haciendo que lo mirara fijamente. - Ahora escucha con atención y sigue cada una de mis órdenes... ¿Entiendes? - Yo sólo asentí levemente. - Bien... Así me gusta. Ponte de rodillas y abre la boca. - Obedecí rápidamente. -

De pronto tocaron a la puerta, me paré de prisa y me envolví en mi toalla mientras que el doctor se guardaba el miembro y abrochaba su pantalón.

Me puse detrás de la puerta y él abrió, yo escuchaba atentamente.

- Doctor, disculpe si lo interrumpo pero ya está aquí el nuevo interno, necesitamos que le agende una cita preferentemente para hoy. - Era la voz de Nayeon. -

- Tranquila, no interrumpes nada, claro que iré a verlo enseguida. - Él salió de la habitación dejándome sólo allí. -

Después de unos minutos me asomé para ver si aún había alguien en el pasillo. Estaba vacío así que corrí rápidamente hacia mi habitación, entré y me vestí a prisa.

No podía creeer lo que estuvo a punto de suceder entre el doctor Nam y yo. Si no hubiera sido por ese maldito paciente... Ahora mismo estaríamos follando, estaba muy caliente aún, sentía como mi miembro palpitaba en busca de liberación, y encima de todo me había puesto de mal humor por la interrupción.

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