SEPARACIÓN

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Después de aquella intensa experiencia con Taehyung nos quedamos profundamente dormidos, a pesar de que él no había sido muy romántico que digamos durante el acto sexual cuando terminamos me abrazó cariñosamente, me acunó entre sus largos y delgados brazos, tan distintos a los cortos y regordetes de JiMin. 

Pero aunque no era él, se sentía bien. Cuando desperté me di cuenta que había pasado mucho tiempo. Ya era hora de irme a casa y por fin confrontar a JiMin. Me levanté sin hacer ruido para no despertar a Tae que se veía aún más lindo dormido y comencé a vestirme.

— Yoonie... ¿A donde vas? — Me preguntó aún adormilado y tallándose los ojitos. —

— Tengo que irme a casa Tae...

— Espera, quédate un poco más, no quiero que te vayas.

— Lo siento, no puedo hacer eso. Necesito confrontar a JiMin, eso es algo que no puede esperar. — Dije dolido al recordar esa escena del beso entre él y el chico de su clase. —

— Esta bien... sabes que pase lo que pase puedes contar conmigo ¿Verdad?

— Si, lo sé... Muchas gracias.

Se levantó de la cama aún desnudo y pude apreciar con claridad su cuerpo, Joder era excelente. Me dio un beso en la frente y acarició mi pelo alborotándolo un poco. Me despedí y salí de su casa. 

Subí a mi auto y arranque el motor sintiendo todas las emociones posibles. Tristeza, rabia, decepción, nervios, adrenalina, todos esos sentimientos invadían mi cuerpo cada vez más fuerte conforme me acercaba a casa.

El camino a casa nunca me había parecido tan eterno. Cuando por fin llegué, estacioné el auto y bajé de él. Me quedé parado en la puerta de la entrada antes de abrirla. Sabía que lo que pasaría cuando entrara por esa puerta no sería nada agradable.

Al fin me decidí y con todo y mis sentimientos revolviéndose en mi estómago entré. Busqué a JiMin con la mirada en la sala y pude ver que no estaba allí, subí al cuarto y lo encontré allí estaba con la mirada clavada en su cuaderno, supongo que estaba haciendo sus tareas.

— Hyung, que bueno que llegaste, estaba muy aburrido. — Me dijo con esa sonrisa que llegaba hasta sus ojos, lo miraba y no podía creerlo, tener ese descaro de hablarme como sin nada, además esa carita de ángel ¿Como podía ser tan mentiroso? ¿Como podía haberme causado tanto daño? Yo lo amaba, lo amaba demasiado, pero estaba más que claro que él a mi no. — 

— JiMin

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— JiMin. — Dije tratando de mantener la calma. — ¿Que hiciste esta tarde? — Yo lo sabía perfectamente pero quería que él lo admitiera, quería que se sincerara por una vez en su vida. —

— Pues... fui a mi clase, como siempre por... — Se detuvo en seco y de pronto me dio un fuerte empujón. — ¿¡ Por que estás lleno de chupetones!? — Me gritó molesto. Mierda había olvidado las mordidas que Taehyung me había dado, tal y como lo sospechaba estaba completamente marcado. — ¡Dime con quién estabas! — El menor seguía empujándome y gritando a punto de soltar las lágrimas —

 — ¡Dime con quién estabas! — El menor seguía empujándome y gritando a punto de soltar las lágrimas —

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— ¡No! — Grité y le devolví el empujón. — ¡Mejor dime con quién estabas tú! No te quieras hacer el santo JiMin, te vi con mis propios ojos, tú y ese imbécil de tu clase. ¿Como pudiste hacerme esto? —

— Estás completamente loco YoonGi, llegas a casa con marcas evidentes de haber estado teniendo sexo y muy duro al parecer. ¿Y luego me acusas a mi? — Comenzó a llorar. —

— No quieras verme más la cara de idiota, te vi claramente ¿O te vas a atrever a decirme que no eras tú? — Lo empujé de nuevo haciendo que se estrellara en la puerta y cayera al suelo. —

—Estás demente, debí creer en las historias que me contaban, veo que es verdad y estás mal de la cabeza. ¿Sabes que? Me largo de aquí. Púdrete. —

— Pues será mejor que lo hagas antes de que te saque a patadas. Juro por dios que estoy a punto de matarte a golpes. — Le di una patada en las piernas. —

El menor soltó un grito por la patada que le dí, como pudo se arrastró afuera del cuarto, luego se sujetó de la pared para levantarse y salió de casa llorando. Ya era tarde pero esta vez no me preocupó lo que pudiera pasarle, pues mi rabia me controlaba por completo.

Maldito JiMin, desearía jamás haberlo conocido, le había entregado todo de mi y ahora me destrozaba el corazón. Debí haberle destrozado esa linda carita para estar iguales.

Me quedé furioso quebrando todo lo que encontraba en mi habitación, gritando de rabia e impotencia. Golpeé la pared varias veces hasta que mis nudillos se abrieron y comenzaron a sangrar. Luego me derrumbé en el piso y lloré como un niño.

Así me sentía justamente, ya no tenía a mi Jiminnie más conmigo. Ahora estaba completamente solo, abandonado y desvalido. Pero aunque lo amaba sabía que era dañino estar a su lado, si de por si mi salud mental nunca fue muy buena que digamos, a su lado seguro que iba a acabar volviéndome completamente loco.

Esa noche no pude dormir, recordaba todo... a Junki y que ya no estaba más, a JiMin que había jugado cruelmente conmigo, a Taehyung que decía quererme pero ¿Como podría confiar de nuevo en alguien?

Me sentí mal por lo que había echo, tal vez no fue lo mejor haberme acostado con Tae solo para herir a JiMin, es decir lo logré, estaba seguro que lo herí, pero no estaba bien utilizar a las personas como si de objetos se tratase. 

Me quedé fumando y completamente solo, perdido en mi miseria. ¿Siempre sería así? ¿Acaso nunca podría ser feliz? Dicen que después de la tormenta viene la calma pero mi vida siempre ha sido un eterno diluvio. No hay paz ni calma para mi.

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