SOSIEGO

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— Siento mucho si te hice sentir mal con mi comentario. — Dijo Nayeon agachando la cabeza. — Es solo que yo no me imagine que tú.... tuvieras problemas con las adicciones. —

— No te preocupes, no lo hiciste. — Dije aún sonrojado. — ¿Serías tan amable de llevarme con Taehyung? —

— Oh si, seguro. Sígueme. — Se dio la vuelta y empezó a caminar mientras yo la seguía de cerca. —A medida que avanzabamos yo miraba las caras de todos, esperando expectante encontrar aquella que me era tan conocida. — Bueno aquí está. Los dejo solos. — Hizo una pequeña reverencia y se alejó. —

Miré a la camilla y ahí estaba Tae, se encontraba durmiendo, se veía sudado y sus ojos hundidos y con ojeras, él era uno de los que tenían suero en las venas. Sentí una inmensa tristeza de verlo así. Seguro que la estaba pasando fatal.

Decidí irme pues no quería despertarlo, tal vez sería mejor regresar en otro momento. Me dí la vuelta dispuesto a salir de allí, cuando de pronto alguien tomó mi mano haciéndome regresar. 

— ¿Yoonie? Al fin estás aquí. — Dijo Taehyung con voz leve. —

— Tae, que alegría verte y saber que estás bien.

— Pues muy bien no estoy, esta maldita droga que no quiere separarse de mi. ¿Pero quien podría separarse de mi? Con lo irresistible que soy. — Dijo bromeando y haciendo un sonido gracioso. —

— Lo sé

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— Lo sé. — Admití. Me acerqué a él y le acaricié el cabello suavemente. Carajo lo había extrañado tanto que en ese momento hubiese querido saltar sobre él y besarlo. — 

— ¿Cuando llegaste? Yo ya tengo una maldita semana aquí en la enfermería. 

— Apenas hoy, pero enseguida quise buscarte. Me asuste al no verte, pensé que habías ido a prisión. 

— Te dije que todo estaría bien y lo estuvo. ¿Ves como yo no miento?

— Te extrañe mucho, no se que haría si algo te sucediera Tae. 

— Nada malo va a pasarme. Lo prometo. — Dijo y se retorció sosteniéndose el estómago. —

—¿Que te pasa? Dime en que puedo ayudarte. — Lo toqué y estaba ardiendo en fiebre. — Cielos estás hirviendo Tae.

— Estoy bien... no te pre.... — Se agachó para vomitar en un recipiente que se encontraba junto a la cama. —

— Carajo eso no es estar bien. Llamaré a Nayeon enseguida. — Contesté preocupado. —

— No te molestes Yoonie, esto no es algo que se pueda tratar, se tiene que ir quitando solo poco a poco. Pero bueno que esperabas, había estado drogándome diariamente desde los 14 años. Es lógico que mi cuerpo necesite esa mierda. 

— ¿Seguro que estás bien?

— Si, estoy seguro. Ahora que estás aquí estoy excelente. Ahora ya tengo un motivo para salir de aquí, quiero estar contigo.

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