INCAUTO

257 20 0
                                    

Pasó una semana desde que me encontré con Nayeon, habíamos estado en contacto por mensajes de texto los cuales yo tardaba en responder por falta de interés. También Taehyung había estado tratando de localizarme pero igualmente lo evadía.

Estaba aburrido y entré a las redes sociales, estaba pasando todas las fotos y publicaciones sin poner atención a ninguna en especial hasta que de pronto una foto me hizo detenerme, JiMin y Hoseok juntos. Sabía que el menor no me estaba extrañando como yo a él pero no pensé que encontraría consuelo tan rápido y menos en Hoseok. 

Recordé cuando JiMin me había dejado en claro que él no quería tener nada conmigo porque repugnaba a los drogadictos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Recordé cuando JiMin me había dejado en claro que él no quería tener nada conmigo porque repugnaba a los drogadictos. Pero al parecer al que repugnaba realmente era a mi, ya que con Hoseok se veía muy feliz. 

Sentí rabia y lancé el celular al piso haciendo que la pantalla se estrellara. Pensé por un momento y llegué a la conclusión de que si ya no estaba con JiMin no tenía porque seguir respetando las reglas que él me había impuesto.

Salí directo a la casa de Taehyung, estaba decidido a drogarme otra vez, al fin y al cabo ya todo me daba igual. Cuando llegué toqué la puerta varias veces ya que nadie abría. Tae se asomó por una ventana y me miró asombrado.

— Yoonie... que... ¿que estás haciendo aquí? — Se notaba algo nervioso. —

— Solo quise pasar a visitarte... ¿Vas a abrirme la puerta o que? 

— Si claro... ya voy. 

Me abrió la puerta de su casa y yo entré. Cuando pude ver a alguien sentado en el sillón... era... ¿Hoseok?

— ¿Que mierda haces aquí? — Le dije acercándome peligrosamente a él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Que mierda haces aquí? — Le dije acercándome peligrosamente a él. —

— Hey hey... tranquilizate Yoonie. — Se metió Taehyung en medio para que no me acercara más. — Él solo vino a inyectarse un poco. —

— Si claro, primero JiMin se va con este idiota y luego tú. ¿Que tiene este hijo de puta que no tenga yo? Juro que voy a deshacerme de él.

— YoonGi, tú sabes que Hoseok y yo siempre hemos sido amigos, tú eras parte del grupo debes saberlo carajo. Me duele que pienses que yo tengo algo que ver con él. No todos somos como JiMin ¿sabes?

— Tranquilo mocoso celoso, de todas maneras yo ya me iba. — Dijo arrogante Hoseok levantándose del sillón. — Bueno adiós Tae que he quedado con JiMin esta noche. No quiero hacerlo esperar. — Me lanzó una sonrisa maliciosa que me hizo arder de rabia. —

— YoonGi no. — Dijo Tae al ver que de nuevo intentaba golpear a Hoseok. —

Él salió muy tranquilo y triunfante por la puerta mientras yo me quedaba hecho una fiera dentro de la casa de Taehyung. Me senté en el sillón echando chispas de coraje y le dirigí una mirada de odio profundo.

— ¿Así que sigues siendo amigo de Hoseok? Vaya ya veo.

— Yoonie, lo que pasó entre Hoseok y tú no fue nada agradable pero yo no tengo porque involucrarme en eso. Además yo no lo busqué ni nada, él vino por su propia cuenta.

— Eres un maldito traidor Taehyung.

— Sé que tal vez no puedas creerme pero igual te lo diré de nuevo. Hoseok es un amigo solamente, tú sabes lo que siento por ti, te lo demostré la otra noche ¿no es así?

Solo guardé silencio y suspiré, odiaba ver a Tae con Hoseok pero él tenía razón, la enemistad con ese imbécil era solo entre nosotros dos. No tenía porque embarrar a Tae en mis asuntos.

Taehyung se sentó a mi lado y me abrazó fuerte. Me dio un beso en la frente, me miró directamente y negó con la cabeza.

— ¿Como puedes ser tan tonto Yoonie? ¿En verdad no puedes sentir lo mucho que te quiero?

Me sonrojé ya que en verdad me sentía un poco tonto. Tal vez él tenía razón, no todos eran como JiMin. 

— Tae

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Tae... ¿Podríamos consumir algo? Siento que lo necesito.

— Yoonie... no te voy a negar la droga pero... lo que siento por ti ahora me hace sentir mal de pensar en que yo seré el que te entregue lo que te destruya.

— No pasa nada... vamos, solo un poco ¿si?

— Mmmm... — Dudó un poco y suspiró. — Si eso es lo que quieres... está bien. —

Sacó la heroína y la preparó en el típico ritual de la cucharilla, Tomé la jeringa rápidamente y me inyecté primero, sentía la necesidad urgente de que ese líquido ingresara en mi sistema.

Acto seguido Taehyung hizo lo mismo. Pude notar que su brazo empezaba a ponerse un poco feo al igual que el de Hoseok.

— Tae... tu brazo. — Dije un poco angustiado. —

— Estoy bien, creo que empezaré a inyectarme en otro lugar. — Dijo restándole importancia. — Vamos Yoonie, recostémonos. — Me abrazó y los dos nos acostamos en el sillón de lado, el detrás de mi pegando su cuerpo al mio, podía sentir su cálida respiración en mi oído, poco a poco se fue haciendo más pesada hasta que se quedó dormido. —

Cuando Tae estaba en ese estado de inconsciencia yo recordé a JiMin. Recordé sus infidelidades, su descaro, su manera de mentir, pero más que todo recordé su hermoso rostro, esa cara tan perfecta, esas tiernas mejillas y esos carnosos y suaves labios que me llevaban al cielo.

Quería enterrarlo en el fondo de mi alma para siempre, quería dejar de pensar en él. Así que me senté en el sillón dejando a Taehyung dormido, tomé un poco más de droga y la preparé.

Tae me había advertido varias veces que la heroína era peligrosa y que no debía tomarla a la ligera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tae me había advertido varias veces que la heroína era peligrosa y que no debía tomarla a la ligera. Así que lo pensé un poco, pero al final no me importó, tomé una jeringa y la introduje lentamente en mi sistema.

Tal vez con una doble dosis podría al fin descansar y olvidar. Pude sentir como mis pulsaciones bajaban rápidamente causándome un horrible dolor en el pecho. Caí al suelo encima de la mesa de centro que era de cristal golpeándome la cabeza. Hubo un poco de sangre y me desmayé.

DEPRESSEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora